Maullidos Urbanos / Y, dónde quedó el dinero del Fonden ?
- Subsecretario de Hacienda dice que es cierto que desaparecieron el FONDEN, pero que hay 18 mil millones de pesos para atender daños por desastres naturales, el hecho es que no se sabe de dónde provienen y, menos aún explican por qué no se han aplicado, haciendo tanta falta.
Gato de Barrio /
El huracán “Otis” ha sido la mayor catástrofe meteorológica que ha sufrido el puerto de Acapulco en toda su historia, ya que nunca antes había llegado al puerto guerrerense un ciclón categoría 5, el nivel más alto. Aunque por el momento los daños no han sido cuantificados, son graves y no solo para la población, también para las actividades económicas de ese famoso y tradicional puerto turístico.
Según los primeros informes, sin transparentar la verdad sobre el número de víctimas, las versisones oficiales hablan de 27; los daños materiales son altísimos, afectan a pobladores, en particular, de zonas populares, sin olvidar los grandes hoteles y diferentes servicios. Esto último resulta relevante ya que el puerto vive de la actividad turística.
Estas afectaciones se suman, entre otras, a las sucedidas en Colima tras el paso del huracán “Lidia”, cuyos daños se calculan en 284 millones de pesos, donde al no poderse emitir una declaración de desastre, la gobernadora Indira Vizcaíno ha planteado solicitar al gobierno federal la mitad de esos recursos y su administración poner la otra parte.
De igual forma, en Baja California Sur, el huracán “Norma” dejo gran cantidad de daños, pero ante la imposibilidad de, también, solicitar una declaración de desastre, el gobernador Víctor Manuel Castro, en lugar de pedir apoyo federal, anunció que realizará una coperacha entre los ciudadanos para la realizar la reconstrucción.
Antes, para todos estos casos la ayuda federal habría provenido del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), creado en 1999 pero desaparecido en julio de 2021 –en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador– el cual funcionaba como un mecanismo presupuestario de respaldo para apoyar eficaz y oportunamente la rehabilitación de la infraestructura federal y estatal dañada.
De esta forma el gobierno federal atendió varios años los efectos de los desastres naturales, imprevisibles, cuya magnitud superaba la capacidad financiera de respuesta de las dependencias y entidades paraestatales, así como de las entidades federativas, pero ya no sucede así, debido a la cancelación de algunos fideicomisos por orden presidencial.
Sin embargo, resulta que en una reunión con senadores de las Comisiones Unidas de Hacienda y Estudios Legislativos, para analizar el paquete económico 2024, Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, aclaró que tras la eliminación del Fonden, negó que el gobierno carezca de un fondo para atender emergencias como las generadas por los huracanes.
Según el subsecretario hay 18 mil millones de pesos para atender este tipo de desastres naturales y con la desaparición del fondo «solo se canceló la cadena burocrática”, sin permitirse que Banobras y los municipios fijen los sistemas de facturas y los proyectos de recuperación.
Aseguró que también existen cinco mil millones de pesos en seguros catastróficos que se contratan cada año, los cuales corresponden a la estrategia de aseguramiento, más 485 millones de dólares del bono catastrófico incluido con la Alianza del Pacífico, que es diversificación de riesgos con Perú, Colombia y Chile.
Ahora son varias las dudas: ¿por qué no se había informado de esos fondos a autoridades estatales y municipales, para ser solicitados?, ¿por qué el gobierno federal no los ha autorizado para atender los desastres?, ¿por qué dejar que autoridades locales tengan que recurrir a “coperachas” para resolver sus necesidades de atención a damnificados y de infraestructura?
Si en verdad existen esos recursos, más allá de simpatías o antipatías políticas, deben ser canalizados para resolver las necesidades en Colima, Baja California Sur y ahora Guerrero, además de otros lugares donde se registren fenómenos meteorológicos catastróficos para atender y resolver las necesidades de los damnificados, claro, además, aclarar el origen y destino de esos 18 mil millones de pesos que, aparentemente, vienen a ser el relevo del Fonden.