Aberraciones presidenciales / Maullidos Urbanos
Gato de Barrio /
En su conferencia mañanera del pasado viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de “aberración y arbitrario” el que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) detenga el proceso legislativo para la discusión y, en su caso, aprobación de la reforma al Poder Judicial, pues según él, de acuerdo con la Constitución el procedimiento corresponde a los poderes Ejecutivo y al Legislativo.
Lamentablemente lo que sí resulta aberrante es que el presidente haya encabezado un gobierno basado en ocurrencias, donde sin atender observaciones de sus colaboradores, ya fueran integrantes de su gabinete o asesores especializados, impulsó obras y acciones que carecían de fundamentos técnicos y económicos.
Porque con ocurrencias, entre otras cosas, eliminó el Seguro Popular para crear un fallido Instituto de Salud para el Bienestar y, tras su fracaso lo suplió con el llamado IMSS-Bienestar, además de la mentira de que al final de la presente administración el sector salud operaría eficientemente, “siendo el mejor del mundo”, según él.
Otra ocurrencia es haber intentado la descentralización de las dependencias federales, cuando lo implantó sin considerar el traslado de personal administrativo y operativo, y solo se concreto la mudanza de algunos titulares y personal cercano, pero no el resto de los servidores públicos, por lo cual este proyecto fue un fracaso total.
Ocurrencia es el haber alentado un Sistema Aeroportuario Metropolitano, donde se canceló el nuevo aeropuerto en Texcoco, mantener activo el obsoleto Aeropuerto de la Ciudad de México, otorgar todo el apoyo al Aeropuerto Felipe Ángeles, que funciona a medias e ignorar las instalaciones del Aeropuerto Internacional de Toluca.
De igual forma se pueden considerar de ocurrencias la explotación del litio, la creación del Gas Bienestar, el impulso a la Nueva Mexicana de Aviación, la creación de la vacuna Patria contra el covid-19, que nunca funcionó, establecer el Banco del Bienestar sin ofrecer servicios bancarios ni financieros, entre otros temas.
En resumen, es más una aberración que sin saber de Derecho, López Obrador ataque a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, llamarla lanzándole ofensas al llamarla corrupta y podrida –pero no así cuando la presidia Arturo Zaldívar Lelo de Larrea–, para desacreditarla a fin exigir que jueces, magistrados y ministros sean electos por voto popular, cuando la realidad es que la 4-T intenta cooptar al Poder Judicial, al igual que ya lo hizo con el legislativo, para crear una tiranía legal…