Más nombramientos / Alebrijes en Cuadratines
Adrián Chavarría Espinosa /
La semana pasada Claudia Sheinbaum, presidenta electa, anunció una serie de nombramientos de quienes conformarán parte del llamado gabinete legal ampliado, es decir no de titulares de áreas de primer nivel, sino de responsables de instituciones que si bien son de segundo nivel revisten de gran importancia por las funciones que cumplen en diversos sectores sociales.
Como sucedió con anteriores designaciones, varios de los nombrados corresponden a funcionarios que la han acompañado desde cuando fue jefa de gobierno de la Ciudad de México o son cercanas a ella; otros que repiten en sus cargos o les asignaron nuevas responsabilidades; uno es muy cercano a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador sin dejar de mencionar a un funcionario debutante.
De los cercanos a Sheinbaum durante su administración capitalina están Mariana Boy Tamborrell, quien ahora será titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), César Iván Escalante Ruiz, próximo procurador Federal del Consumidor (Profeco), Renata Turrent Hegewisch, directora de Canal Once, y Alonso Millán Zepeda, del Canal 22,
Quienes permutan de oficina son Rocío Bárcena Molina al dejar el Servicio Postal Mexicano (Sepomex,) para asumir la subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, en tanto Violeta Abreu González, pasa de ser secretaría del Consejo de Administración de Fonatur en el Tren Maya, ahora dirigirá al Servicio Postal Mexicano (Sepomex).
Los repetidores son Rocío Mejía Flores, quien se mantendrá como directora general de Financiera para el Bienestar (Finabien), Lyndia Quiroz Zavala continuará al frente del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), y Antonio Martínez Dagnino se mantendrá como titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT)
Mientras el debutante es Rommel Pacheco Marrufo, quien sustituirá a Ana Gabriela Guevara en la dirección de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y, finalmente, de los cercanos a López Obrador resulta ser el hasta ahora director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, quién ahora ocupará la titularidad del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
En resumen, de estos doce nombramientos solo cuatro son personas cercanas a la presidenta electa y uno, el exclavadista, es nuevo en la administración pública federal, pero de los ocho restantes podrían considerarse como personajes que no necesariamente fueron escogidos por ella, sino podría calificarse como herencia del actual mandatario, en especial de quien ahora dirigirá al Infonavit, el ingeniero agrónomo Romero Oropeza quien falló al frente de la empresa petrolera mexicana.
Pero aún podrían registrarse ajustes, ya que debe recordarse que Sheinbaum prometió a los gobernadores morenistas, próximos a concluir con su encargo, asignarles una responsabilidad en su ya inminente administración, con la excepción de Cuauhtémoc Blanco, de Morelos, quien actualmente es ya diputado plurinominal.
Así, en Tabasco Carlos Manuel Merino Campos traspasará el poder a Javier May Rodríguez el 1 de octubre; en la Ciudad de México, Martí Batres dejará la jefatura de gobierno a Clara Brugada el próximo 5 de octubre, los restantes serán dos meses después.
Así, el 1 de diciembre corresponderá a Cuitláhuac García Jiménez ceder la gubernatura de Veracruz a Rocío Nahle; el 8 del mismo mes, Rutilio Escandón Cadenas pasará el mando de un conflictivo Chiapas a Eduardo Ramírez; por último, el día 14 Sergio Salomón Céspedes terminará su administración interina para que Alejandro Armenta Mier sea el nuevo mandatario.
El problema es que ninguno terminará anticipadamente su encargo, y a menos que haya ajustes en el mencionado gabinete legal, en subsecretaría, en el ampliado, en alguna dirección general de algún organismo descentralizado, ningún exmandatario ingresará a la administración federal, motivo por el cual deberán asumir otro algún otro cargo secundario.
Entonces, la salida sería asignarles alguna embajada o consulado, lo cual a ellos les beneficiaría pero afectaría a los integrantes del servicio diplomático, quienes se verían de nuevo marginados para no solo ceder un espacio a políticos que carecen de una carrera en el servicio exterior mexicano, sino también quedar a sus órdenes.
En fin, los principales cargos para la siguiente administración federal ya han sido asignados y para quienes desean alcanzar algún cargo deberán conformarse en el mejor de los casos posiblemente con alguna subsecretaría o, por lo menos, con la dirección de área a de algún organismo secundario, de ahí en fuera solo restarán cargos de un nivel inferior, de esos que ni siquiera figuraran en los principales directorios de las dependencias públicas, pero para muchos eso resultará mejor que quedar en la banca.
Sin duda dentro de la autollamada cuarta transformación persiste el principio de que “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”. Si no, ya veremos a partir de octubre próximo cuando muchos políticos queden desempleados y buscarán cualquier cargo posible.