“Mayo” Zambada ante la justicia de EU / Maullidos Urbanos
Gato de Barrio /
Aunque los morenistas y cuatroteístas celebran la sentencia de casi 40 años de cárcel para Genaro García Luna, deberían tener en cuenta que en su juicio no se presentaron pruebas tangibles de las acusaciones imputadas en su contra, solamente hubo declaraciones de delincuentes, en particular narcotraficantes investidos de “testigos protegidos”.
Pero ahora sigue el juicio de Ismael “El Mayo” Zambada, sobre quien pesan 17 cargos relacionados con su liderazgo en el Cártel de Sinaloa, donde además de otras acusaciones y ofensas criminales desde los años ochenta, es el tráfico de fentanilo una de las mayores razones para que el fiscal solicitara se le dicte la pena de muerte, caso respaldado por un gran cúmulo de pruebas, como grabaciones, registros de aseguramiento e intercepciones.
Por la forma en cómo ha actuado el juez Brian Cogan –quien además de haber llevado el caso de García Luna, también sentenció a cadena perpetua a Joaquín “El Chapo” Guzmán–, es muy probable que acceda a esa solicitud de decretar la pena capital.
Pero pese a sus 76 años de edad, el “Mayo” Zambada quien tiene entre otras afecciones problemas en una de sus rodillas, posiblemente leucemia y, lo más relevante, diabetes la cual no ha sido tratada de forma adecuada, ocasionándole entre otras secuelas ceguera y problemas renales, es difícil que acepte la sentencia de muerte por lo cual podría también aceptar ser “testigo protegido”.
Bajo esa condición, entonces podría empezar a revelar datos, tanto ciertos como ficticios, para involucrar en actos criminales a políticos federales y estatales, ya sea en activo como presuntamente retirados, tal como sucedió y le imputaron a García Luna, suficientes para que los señalados también sean motivo de un juicio penal.
De esta forma, entre otros presuntos implicados estarían Rubén Rocha Moya, actual gobernador de Sinaloa –además, mencionado como participante en el “secuestro” del “Mayo” Zambada para ser entregado a las autoridades estadounidenses–, y Andrés Manuel López Obrador a quien sus opositores le colgaron el mote de “narcopresidente”.
Entonces, de suceder esa situación, los morenistas tendrán problemas para intentar desligar a los implicados en las probables acusaciones de García Luna y del “Mayo” Zambada, ya que estarían en las mismas condiciones de aceptar la palabra de los “testigos protegidos” para no solo ser sometidos a un juicio, también ser sentenciados a un largo periodo de cárcel.
Será interesante ver cómo intentarían defenderse y decir que ellos son diferentes.