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Lejos el servicio médico de «primer mundo» / Alebrijes en Cuadratines

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx /

A pesar de las promesas de Andrés Manuel López Obrador, de que al final de su administración los mexicanos gozaríamos de un servicio médico no solo mejor que el de Dinamarca, sino de primer mundo, la terca realidad desmintió esa versión ya que además de persistir el desabasto de medicamentos continúan los problemas en los diferentes sistemas hospitalarios del país.

Incluso, la misma presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no solo ha reconocido la falta de medicinas en clínicas y hospitales públicos, también se ha comprometido a que en un lapso de dos meses será resuelto este problema, que afecta principalmente a los sectores sociales más necesitados y con menores recursos económicos.

Además, resultan constantes las quejas de los trabajadores y no solo por la falta de insumos para atender a sus pacientes, sino por problemas de índole laboral ya que a pesar de las reiteradas promesas de otorgarles su base laboral, lo cual no ha sido cumplido, a gran cantidad de ellos se les quieren transferir al régimen del IMSS Bienestar –sustituto del fracasado Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi)–, pero sin reconocerles su antigüedad.

Por ejemplo, el lunes de la semana pasada un grupo de 800 empleados administrativos, médicos y enfermeras del IMSS Bienestar, bajo contrato temporal, se manifestaron frente a las oficinas centrales del instituto en la Ciudad de México, para exigir el pago inmediato de sus salarios, que registra meses de atraso, con la consecuente afectación a su economía familiar y, de nueva cuenta, medicinas, insumos y equipo para darles los tratamientos a sus pacientes.

Pero las inconformidades se presentan no solo en la Ciudad de México, también han sucedido en Jalisco, Tlaxcala, Chiapas, Oaxaca, entre otras entidades, donde para ser atendidos los pacientes sus familiares deben adquirir tanto medicinas como vendas, jeringas y demás material sanitario para cumplir con los correspondientes tratamientos.

El Estado de México no ha sido ajeno a la problemática del sector salud. Por un lado, el pasado 9 de enero, un contingente de cerca de 150 trabajadores del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) se manifestaron frente al Palacio de Gobierno en Toluca para exigir tanto la basificación de plazas como la renovación de contratos de trabajo.

Desde empleados administrativos hasta especialistas denunciaron que existen personas que llevan más de 10 años y aun trabajan bajo la modalidad de contrato, incluso muchos han cumplido con los requisitos para una plaza pero por causas no establecidas, no fueron tomados en cuenta, además sus contratos vencieron el 31 de diciembre y no han sido renovados.

Por otro lado, en el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), no solo continúan los problemas en los servicios que “ofrece”, ya que en estas últimas se han agudizado, incluso.

Entre las problemáticas que se arrastran desde hace años se encuentran la carencia de médicos generales, por lo cual las personas que requieren de alguna consulta deben llegar a las clínicas de atención familiar en la madrugada para conseguir una ficha, ya que se agotan rápido; la falta de especialistas, por lo cual los pacientes deben esperar hasta un año para obtener una cita, dándose casos que se comunican con los enfermos un día antes de la fecha para avisarles que por “vacaciones” del doctor son “pospuestas” pero sin ser reprogramarlas, además de cumplir con toda una tramitología para solicitar la reposición de medicinas, cuando las hay.

Porque desde finales del año pasado ya existía desabasto de medicamentos, lo cual se ha agudizado en este enero. Incluso, dejaron de operar las llamadas farmacias subrogadas, donde se ocasionalmente se podían surtir las recetas. Incluso, medicinas que no son de uso corriente o alta especialidad, como calcio o pregabalina, no pueden surtirse.

Incluso, en la clínica “Alfredo del Mazo Vélez” de Toluca, al no surtirse lo requerido emiten vales y como no saben cuándo llegarán los medicamentos, dan un papelito con el teléfono 722 477 99 24 para preguntar cuándo serán surtidos, pero tras marcar responde una grabación donde se asegura que “todas las llamadas son importantes”, pero se advierte que “todos los ejecutivos están ocupados” pero nunca existe una respuesta o comunicación, lo cual resulta una burla para los derechohabientes.

Pero “aún hay más”: se determinó que los estudios de laboratorio serán más tardados. Por ejemplo, a los diabéticos, a quienes se les realizaban semestralmente análisis sanguíneos, lapso prudente para dar seguimiento a esa enfermedad crónica, ahora serán anuales por lo que si existe una crisis en el paciente no podrá ser detectada a tiempo.

Por último, en el caso de trabajadores con derecho a ser pensionados por el ISSEMyM, existen casos de quienes lo han solicitado desde hace años, pero no se les ha concedido ese beneficio y deben seguir trabajando mientras se les autoriza.

En fin, ya sea a nivel nacional o en el Estado de México, estamos muy lejos de un servicio de salud público gratuito y de primer nivel, como ha sido la promesa oficial, la cual no será fácil de cumplir, ya que no resultará ni rápido ni sencillo. Mientras tanto los enfermos seguirán padeciendo las deficiencias y, en muchos casos, costeando ellos sus gastos médicos.

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