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REFORMAS AL INTERIOR DEL PRI: ALEBRIJES EN CUADRATINES

Alebrijes en Cuadratines

Reformas al interior del PRI

Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

Entre las principales propuestas aprobadas en su 22ª Asamblea Nacional del PRI, destaca la anulación de diversas restricciones para la designación de sus candidatos, iniciativa promovida por un grupo de militantes que amenazaban con promover una división a su interior, lo cual resultaba riesgosa ante las elecciones del próximo año.

Sin duda se tuvo muy presente lo sucedido en 1987, cuando la entonces llamada Corriente Democrática provocó la salida de un importante número de militantes inconformes con las prácticas internas se escindió y promovió un Frente Democrático Nacional, el cual impulsó la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas, quien en un polémico resultado aparentemente ganó, pero el triunfo se le asignó a Carlos Salinas de Gortari.

(Para ver cómo cambian los tiempos, en ese entonces Manuel Bartlett Díaz, secretario de Gobernación y titular del organismo electoral, argumentó una caída del sistema para darle el triunfo al candidato priista, mismo político que actualmente es senador por el Partido del Trabajo y ahora defensor de Andrés Manuel López Obrador, líder nacional de Morena, quien ahora afirma un lapsus para no recordar esa etapa de la historia de México.)

Si bien no fueron atendidas totalmente las demandas del actual grupo inconforme, si hubo respuesta positiva a las principales, entre ellas eliminar los llamados candados impuestos hace 21 años para poder postular a candidatos ciudadanos aunque no sean militantes. Lo que se mantuvo invariable fue el hecho de que corresponderá al Consejo Político Nacional la definición del método por el cual será elegido el candidato presidencial.

Ahora los nuevos estatutos priistas, que serán entregados al Instituto Nacional Electoral (INE), para su aprobación correspondiente, establecen que los simpatizantes podrán ser propuestos para cualquier cargo de elección popular, sin la obligatoriedad de tener algún lapso de militancia mínima, con las únicas condiciones es que el aspirante externo tenga buena fama, suscriba los documentos básicos del PRI y consiga los respaldos de sectores y organizaciones establecidos en la normatividad interna.

Asimismo se estableció la prohibición para los legisladores chapulines, es decir, que prohíbe a diputados y senadores brincar de una lista plurinominal a otra, es decir, deberán de postularse para ser electos de mayoría, por lo cual deberán realizar campañas proselitistas para ganarse el cargo.

En fin, en el papel puede decirse que el PRI logró sacudirse una serie de limitantes que lo colocaban en desventaja al lograr abrirse a las candidaturas ciudadanas, las cuales ahora son respaldadas por la mayoría de los partidos, que de esa forma buscan ganar el voto ciudadano ante el descrédito de los políticos.

Se debe recordar que por lo menos desde Luis Echeverría hasta Ernesto Zedillo Ponce de León, antes de ser presidentes de la república ninguno de ellos se había postulado antes para algún cargo de elección popular, mientras que en el 2000 y 2006, los candidatos priistas Francisco Labastida Ochoa y Roberto Madrazo Pintado, habían sido gobernadores de Sinaloa y Tabasco, respectivamente, pero ni aun por eso lograron ganar el Poder Ejecutivo Federal.

Aunque oficialmente se afirmó que esa medida no tenía un beneficiario directo, para muchos tendría dedicatoria para José Antonio Meade Kuribreña, quien desde el 7 de septiembre de 2016 fue designado secretario de Hacienda y Crédito Público en el gabinete de Enrique Peña Nieto.

Anteriormente en esta misma administración había fungido como secretario de Desarrollo Social y de Relaciones Exteriores, pero también en el período presidencial de Felipe Calderón Hinojosa también se desempeñó como Secretario de Energía y de Hacienda y Crédito Público.

Esta inclusión sería para, citar la famosa frase del político guerrerense Rubén Figueroa, engordar la caballada, es decir abrir más la baraja de posibles opciones de aspirantes presidenciales al interior del PRI a fin de que la ciudadanía y militancia se expresen con la posible confianza en que su opinión será considerada al momento de realizar la postulación del candidato.

En fin, ahora a esperar a ver cómo proceden tanto el partido como el líder nacional natural, es decir el presidente de la república, para definir a su candidato, ya que su futuro político dependerá de esa decisión: si eligen a un buen aspirante, podrán enfrentar y ganar a Andrés Manuel López Obrador –quien se mantiene en campaña permanente desde hace más de doce años‑ de los posibles aspirantes panistas y perredistas, independientes y hasta de líderes de presuntos frentes amplios democráticos.

Ahora a esperar a ver cómo evolucionan las organizaciones de los partidos políticos y sus posibles alianzas, tanto para la elección presidencial, de gubernaturas, de la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, del congreso federal y de una gran cantidad de diputados locales y presidencias municipales, con cuyos resultados se definirá el futuro del país.

 

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