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Maullidos Urbanos: “Hay muertos que no hacen ruido…”

Gato de Barrio

gato_de_barrio@yahoo.com.mx

En España se registra una polémica política acerca de cuál será el destino de los restos de Francisco Franco, quien encabezó el poder en ese país dio el golpe de Estado de 1936 contra la Segunda República, que dio lugar a la Guerra Civil Española, hasta su fallecimiento en 1975.

            Sucede que fue enterrado en el llamado Valle de los Caídos, monumento localizado en San Lorenzo de El Escorial, en Madrid, iniciado en 1939 y concluido en 1958, donde están enterradas 33 mil 847 víctimas de la Guerra Civil; de ellas 21 mil 317 están identificadas y 12 mil 530 no se conoce su identidad. El traslado de cuerpos desde fosas comunes comenzó en 1959 y el último enterramiento se realizó en 1983.

            La semana pasada el Congreso español, con 176 votos a favor de los grupos de izquierda básicamente, y 165 abstenciones de los partidos Popular y Ciudadanos y dos votos en contra, se validó el decreto del Gobierno para exhumar a Francisco Franco y trasladar los restos del dictador a otro lugar.

            El argumento principal es que “en el Valle de los Caídos sólo podrán yacer los restos mortales de personas fallecidas a consecuencia de la Guerra Civil española, como lugar de conmemoración, recuerdo y homenaje a las víctimas de la contienda”. Es decir, consideran que el cuerpo del victimario no debe permanecer junto con quienes fueron sus víctimas.

            Ahora en una fecha por determinar y de forma privada, los restos de Franco serán entregados a la familia “si es posible”, pero si los nietos del dictador no aceptan el cuerpo, entonces el gobierno le buscará “un lugar digno”, asegurándose en todo caso unas condiciones adecuadas de dignidad y respeto”.

            Pero no es solo la familiares, quienes buscarán recurrir a medios legales para evitar la exhumación, sino varios sectores españoles que consideran a Franco como un héroe nacional, a quien se le debe guardar honor y respeto, por lo cual no sería raro que también expresen públicamente su inconformidad.

            Sin duda el tema aún dará de qué hablar allá en España, pero sucede que en México tenemos el caso Porfirio Díaz, político mexicano enterrado en Francia, donde a pesar del interés de sus familiares sus restos no han podido ser repatriados por inconformidades sociales .

            Sin importar si fallecieron hace cerca de un siglo o apenas unas cuantas décadas, tanto Franco como Díaz siguen siendo objeto de polémicas y no se anticipa un desenlace cercano, aunque en el caso del Caudillo por la gracia de Dios, dará más notas en estos días.

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