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MENOR DISTANCIA ENTRE CLASES SOCIALES DISMINUIRÍA ENTORNOS DE VIOLENCIA

  • Urge recuperar los espacios públicos, con la finalidad de fomentar la convivencia, el respeto y la tolerancia,señalan expertos universitarios.

 

La menor distancia entre clases sociales y la cercanía de oportunidades al desarrollo disminuirían las posibilidades de entornos de violencia, aseguraron los académicos de la Universidad Autónoma del Estado de México, José Luis Martínez Castro y Diana Elisa González Calderón, al hablar sobre “Violencia simbólica en el diseño del espacio urbano”.

Los expertos subrayaron la urgencia de recuperar los espacios públicos, con la finalidad de fomentar la convivencia, el respeto y la tolerancia, para que estos estén generados desde la perspectiva del crecimiento, a través del bienestar social.

“Buscamos un hábitat con calidez, es decir, el lugar donde se conviva debería transformarse en un entorno educativo, reflejado en la producción de bienes comunitarios, desde bibliotecas hasta obra artística urbana, en donde se refleje la aceptación de lo diverso y así, evitar la conformación a la que nos lleva la mercadotecnia”.

Al hacer una crítica del concepto de violencia simbólica en el espacio urbano, los expertos indicaron que desde su diseño, se descubre la función de la obra y consecuentemente, se hace evidente la fragmentación del entramado social, como una práctica discriminatoria, de aislamiento y de división de clases.

Sostuvieron que el aislamiento social como castigo, responde a la búsqueda de una comunidad aparentemente funcional controlada dentro de ciertos criterios convenientes al poder en turno.

Las sociedades disciplinarias, dijeron José Luis Martínez Castro y Diana Elisa González Calderón, son aquellas que sufren la aplicación de ciertos dispositivos de control para condicionar y asegurar la conducta adecuada a los intereses del sistema y estos no han sido desplazados en su totalidad de nuestras sociedades del siglo XXI.

Lo anterior, puntualizaron, ya que de alguna manera, coinciden tiempos diferentes en el mismo espacio; así, la violencia ejercida a manera de disciplina asegura la buena conducta de diferentes sectores sociales.

El aislamiento, abundaron, es la ruptura de las estructuras sociales que marcan distinciones, motivadas por las problemáticas de seguridad que atañen a las ciudades; por tanto, cada vez es más frecuente la cantidad de calles que cierran sus entradas principales bajo la mirada de un guardia de seguridad privada o una reja que restringe el acceso a los no colonos.

Aseveraron que la creación de fraccionamientos es una de las prácticas más frecuentes y de auge de la industria inmobiliaria, pero con la restricción de entrada a quienes no habitan ahí se establece la diferencia de la no pertenencia. Otro ejemplo, manifestaron, son las cadenas o franquicias, que en casos específicos, son radicales con las áreas VIP en restaurantes, comercios o centros comerciales, que son registro de alienación cultural, social y económica.

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