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Alebrijes en Cuadratines / Gobernadores, contrapeso político

 

Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

Tras las elecciones de 2018, Morena se colocó como la primera fuerza política y el jefe del Poder Ejecutivo Federal como el principal responsable de dictar el rumbo del país, sin ningún tipo de contrapeso, ya que los otros partidos políticos no solo fueron minimizados, también quedaron desarticulados y sin una presencia real en el panorama nacional.

El presidente Andrés Manuel López Obrador trabajó casi libremente ante una oposición no solo desorganizada, también fragmentada y sin una agenda de trabajo propia, ya que Morena se vio limitado en el campo legislativo, ya que con el respaldo de los partidos del Trabajo y Encuentro Social, sus aliados en la coalición Juntos Haremos Historia, en la Cámara de Diputados tenía la mayoría absoluta pero en la de Senadores solo tuvo la mayoría simple.

Por ese motivo varias iniciativas presidenciales no fueron aprobadas, lo cual molesto al presidente, quien se vio frustrado al no poder cumplir varias de sus promesas electorales, lo que nunca sucedió cuando el PRI era el partido mayoritario y a lo que aspiraba López Obrador.

Sin embargo, surgió un verdadero contrapeso por parte de los gobernadores de los estados de oposición a Morena, ya que ellos no solo han rechazado varias de sus propuestas y líneas política, además han exigido una nueva relación con la federación, donde entre otras demandas demandan un nuevo pacto fiscal, ya que el vigente lo califican de inequitativo.

Los mandatarios empezaron a unirse en el sexenio de Vicente Fox con el propósito de establecer una agenda común, buscar un mejor diálogo posible y fortalecer el pacto para trabajar de una manera integral. Así, un total de 20 mandatarios se reunieron el 10 de agosto de 2001, en Mazatlán, Sinaloa, y posteriormente, el 13 de julio de 2002 en Cancún, Quintana Roo, se constituyó formalmente la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).

Bajo una presidencia rotatoria y reuniones periódicas con presidentes y funcionarios federales, la Conago operó sin problemas en los sexenios de Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, ya que mediante el diálogo se lograron avances favorables para las entidades.

Con López Obrador cambiaron las relaciones con los gobernadores, las cuales al paso del tiempo se han tornado ásperas por diferencias en diversos temas, acciones y programas sociales, en particular por la forma de cómo se atiende la pandemia de coronavirus en el país.

Para superar diferencias, se convocó el 19 de agosto a la Sesión Presencial de la LIX Reunión Ordinaria de la Conago en San Luis Potosí, donde presuntamente los mandatarios no recibieron respuestas alentadoras a sus demandas, lo cual generó más inconformidades.

Incluso, durante una gira de trabajo de López Obrador por los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, sus gobernadores respetuosamente reiteraron sus discrepancias con la federación, donde en respuesta el mandatario fue celebrar sus diferentes puntos de vista al calificarlas como parte de la que considera como una nueva forma de democracia.

Ante ello Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, declaró que tras “la desolada” que se llevaron los mandatarios estatales en San Luis Potosí, anunció una reunión para el 7 de septiembre de los diez mandatarios que han conformado la denominada Alianza Federalista, para discutir un plan “B” acerca del pacto fiscal, con el propósito de actualizar la fórmula a fin de que estados que aportan más a la federación, sean los que reciban más.

Ante esa falta de acuerdos con el presidente, se anticipa la probable salida de la Conago de los gobernadores de Michoacán, Jalisco, Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Durango, Guanajuato, Colima, Chihuahua y Aguascalientes para integrar una nueva agrupación.

Aureoles calificó de “puras faramallas” las reuniones del Conago, “donde se lleva al gabinete legal y ampliado nomás para gastarse los viáticos, porque al final no hay nada. Somos diez los de la Alianza Federalista, los que hemos aguantado. Lo vamos a analizar y el plan “B” de qué vamos a hacer”.

Al explicar su posible abandono de la Conago y conformar su propia asociación, los integrantes de esa Alianza aclaran que “de ninguna manera nuestra unión debe verse como una amenaza, sino como una propuesta para encontrar junto con la federación soluciones con los problemas que enfrentamos”.

De concretarse esa salida de esos gobernadores para crear una nueva agrupación, de ninguna beneficiará la actividad política nacional, ya que existirán dos posturas confrontadas lo sucederá será acrecentar la división y polarización ya existente en al país.

Lamentablemente la responsabilidad de esa separación recaerá en López Obrador, quien dará una nueva muestra de incongruencia entre lo expresado y lo realizado, y habrá generado otro frente de conflicto en sus actividades políticas, por lo que serán de difícil pronóstico las negativas consecuencias que se presenten.

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