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POR INTERÉS MONETARIO SE TRATA COMO MERCANCÍA A UNA PERSONA: DERECHOS HUMANOS

Sociólogo Abraham Sánchez Ruiz
Sociólogo Abraham Sánchez Ruiz

 

  • Se requiere un análisis teórico y trabajo conjunto entre los países
  • Presentan “Nueve tesis esenciales sobre la trata de personas y el falso compromiso de la democracia con los derechos humanos”

 

Toluca, México, 4 de noviembre de 2014.- El afán de una ganancia o interés monetario es la génesis del problema de la trata de personas, ya que sólo alguien ávido de dinero, es cegado y considera como mercancía a otro ser humano, destacó el sociólogo Abraham Sánchez Ruiz, al enfatizar la necesidad de contar con profesionistas comprometidos socialmente.

 Al referir el contenido de su ensayo denominado “Nueve tesis esenciales sobre la trata de personas y el falso compromiso de la democracia con los derechos humanos”, con el que obtuvo el primer lugar en el “XVI Certamen de Ensayo sobre derechos humanos: Trata de personas”, mencionó que la violación de derechos humanos es latente sobre todo, en la transición a la democracia, por tanto, para combatir la trata de personas no sólo bastan buenas intenciones, sino requiere un análisis detallado y teórico de lo que ocurre, para lograr que los países involucrados lo acoten en forma paralela.

 Señaló que hoy en día, se observa una falta de compromiso por parte de los jóvenes profesionistas, a pesar de que tienen mayor responsabilidad, al formar parte de un pequeño grupo que alcanza ese nivel educativo, que representa sólo el 10% de la población total.

 Muchos llegan a las universidades, motivados por intereses monetarios, ya que buscan una riqueza y prosperidad individual, y haciendo una analogía, es lo que sucede en la trata de personas. Por tanto, el sociólogo propuso aprovechar a las universidades como el origen de una gran transformación sistemática del pensamiento ideológico.

 En su trabajo explica los tres tipos de trata que prevalecen: con fines de explotación sexual, laborales y médicos; en el primer caso, afectan a mujeres y niñas; el segundo, se registra en América del Norte y en particular en México; y en el tercero, que es una minoría, se vincula a Estados Unidos, respecto a quiénes pueden pagar un órgano en el “mercado negro”.

 Sin embargo, aclaró, en la vida real se pueden presentar uno, dos y hasta los tres tipos en la misma víctima, y dio el ejemplo de que un niño pudo haber sido explotado laboral y sexualmente, y al final, ser sometido a una cirugía para extraerle algún órgano. A su decir, el problema es mucho más complejo de lo que las cifras reflejan, porque no hay cantidades reales que lo dimensionen y lo único que se conoce es sobre los casos procesados, que son mínimos.

En ese sentido, el docente e investigador, más que un llamado a la ciudadanía, lo hizo a las autoridades, ya que argumentó, en una sociedad tan desigual como la mexicana, la gente con alta escolaridad y recursos puede emplear mecanismos más eficaces para la prevención, quienes no los tienen, son sometidos, por su grado de vulnerabilidad, por eso le toca al Estado organizar y coordinar  la participación ciudadana.

 Por último, indicó que la trata de personas es un problema trasnacional y requiere que los países involucrados se coordinen para combatirlo de forma paralela; en el caso de México, forma parte del mercado ilegal de trata de personas, porque Estados Unidos es uno de los principales consumidores de mercancía humana, por eso consideró que mientras no haya acciones conjuntas, será difícil atenderlo por parte de las comisiones, organismos públicos y las instituciones nacionales encargadas de velar por los derechos humanos, pues por lo general, tienen recursos limitados.

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