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Alebrijes en Cuadratines / López Obrador, la corrupción y sus otros datos

 

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx /

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que en noviembre próximo acudirá a la Cumbre de la Organización De las Naciones Unidas, en lo que será apenas su segunda salida internacional en sus tres años de gobierno, La primera fue su visita a Washington, capital de Estados Unidos, para reunirse con Joe Bidel, su homólogo norteamericano.

Si bien podría considerarse relevante este segundo viaje, lo verdaderamente importante es que participará en la Reunión Cumbre de la ONU donde, ya anunció, promoverá el modelo de su administración, al que llama de la Cuarta Transformación porque, considera, que “sí funciona nuestro modelo y es sencillo de aplicar”.

Según sus «otros datos», su política de austeridad y cero corrupción ha triunfado: “No nos endeudamos como lo hicieron la mayoría de los países después de la pandemia o para enfrentar la crisis económica que auspició; nos estamos recuperando más pronto que otros países, hay crecimiento, pero también hay bienestar, no hay inestabilidad política, hay gobernabilidad, tenemos finanzas públicas estables, no hay devaluación; en fin, vamos bien”.

  Sin embargo la terca realidad revela otros datos: la inflación está al doble de lo fijado por el Banco de México; por la pandemia, México es uno de los países con más fallecidos; la economía no crece en los niveles prometidos, es más ni siquiera a las cifras de anteriores gobiernos; el empleo apenas recupera los niveles de 2019. aunque las nuevas plazas formales perciben menores salarios, y se eleva más la informalidad, entre otros indicadores.

Pero lo que pretende presumir ante la ONU, cuando México asuma la presidencia del Consejo de Seguridad, “es una fórmula muy sencilla y aplica en todo el mundo: es cero corrupción, cero impunidad, austeridad, honestidad y combate a la desigualdad social.

Desafortunadamente para el país, diversos análisis establecen que durante los dos primeros años de la actual administración federal, la corrupción no solo se ha mantenido sino que se ha incrementado, colocando a México en los últimos lugares a nivel mundial.

El organismo Transparencia Internacional difunde su ranking anual titulado «Índice de Percepción de la Corrupción», donde se analizan 180 naciones del mundo, con una puntuación de 0 a 100, donde 0 un índice de corrupción elevado y 100 de corrupción inexistente. Para evaluar la corrupción esta organización analiza los informes enviados por expertos donde se consideran factores como soborno, malversación y nepotismo pero, si existen leyes contra la corrupción, verifican sí realmente se aplican.

Antes de proseguir, debe puntualizarse que ningún país ha logrado desterrar totalmente a la corrupción. Ante ello, los mejores evaluados son Dinamarca y Nueva Zelanda, con 88 puntos; Finlandia, Singapur, Suecia y Suiza, con 85 puntos; Noruega con 84; Países Bajos con 82: y Alemania y Luxemburgo con 80 puntos. En el caso contrario, los peor calificados son Sudán del Sur y Somalia, con 179 puntos; Siria, con178; Yemen y Venezuela, con 176; Sudán, con 174; Guinea Ecuatorial y Libia, con 173; y Corea del Norte y Haití con 170.

En el caso de México se le ubicó en el sitio 124, junto con Bolivia, donde comparado con otras naciones del área, está por debajo de Brasil, que se le colocó en el lugar 94, El Salvador, en el 104; y Panamá, en el 111; apenas por encima de Paraguay y República Dominicana, en el sitio 137, y de Guatemala, en el 149.

Hay otra clasificación, la elaborada por la World Justice Project, donde en el Índice Global de Estado de Derecho 2021 a México se ubica en el sitio 113 de 139 por bajos puntajes en rubros como justicia criminal (se le coloca en el lugar 128), cumplimiento regulatorio (en el lugar 105) y derechos fundamentales (en el lugar 91). En el índice del 2020, el país había ocupado el sitio 104 de manera general, es decir cayó nueve sitios.

En el renglón de “ausencia de corrupción” en el gobierno, a México se le colocó en el sitio 135 de 139, es decir, apenas por arriba de Uganda, Camerún, Camboya y República Democrática del Congo. Incluso Venezuela (129) y Haití (130) están por encima.

 World Justice Project consideró tres formas de corrupción: soborno, influencia indebida de intereses públicos o privados y malversación de fondos públicos u otros recursos, todos ellos aplicados a los tres poderes –Ejecutivo, Legislativo y Judicial–, al ejército y a la policía. Respecto a “Justicia Civil”, México se ubicó en el sitio 131, por encima de Nicaragua, Bolivia, Venezuela y países de Asia meridional.

Para comparar, este análisis colocó como los cinco mejores países a Dinamarca, Noruega, Singapur, Suiza y Finlandia.

Si López Obrador va a la ONU a presumir los supuestos logros de su administración y a anunciar los aparentes avances en la lucha contra la corrupción, debe tener presente que podrá ser escuchado pero, si quienes lo escuchen conocen estos informes y quizá otros más, pondrán en tela de duda todo su discurso.

Por ello, deberá respaldar su mensaje con datos reales y verídicos y. de ninguna forma, argumentar tener “otros datos”, como lo expresa en sus conferencias mañaneras, porque inevitablemente su credibilidad quedará totalmente anulada.

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