ColumnaFOTO

Conflicto con los migrantes / Alebrijes en Cuadratines

 

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx /

El jueves de la semana pasada un tráiler que transportaba a cerca de doscientos migrantes en sus contenedores, volcó al circular a exceso de velocidad en una carretera en Chiapas, lo que provocó un saldo de cerca de 60 muertos y más de un centenar de heridos.

La mayoría de ellos de origen centroamericano, quienes aspiraban a llegar a la frontera con Estados Unidos, en un intento por alcanzar una mejor calidad de vida. Por supuesto las autoridades nacionales, comenzando por el presidente Andrés Manuel López Obrador expresaron sus condolencias.

A través de un twitter expresó: “Lamento profundamente la tragedia ocasionada por la volcadura de un tráiler en Chiapas que transportaba migrantes centroamericanos”. Precisó que este hecho es muy doloroso. “Abrazo a los familiares de las víctimas”.

Reiteró que el problema migratorio no se resuelve con medidas coercitivas, sino deben existir oportunidades de trabajo, bienestar a los migrantes, porque la gente no sale de sus lugares de origen por gusto, sino por necesidad; insistió en que urge un programa para evitar la emigración, donde demandó la muy necesaria participación de Estados Unidos, nación que según López Obrador tiene una gran implicación.

¿Cómo se originó esta avalancha de migrantes? Fácil, por las promesas populistas de López Obrador emitidas desde que era presidente electo. En octubre de 2018, ante la llegada de una caravana de miles de hondureños que buscaban llegar a Estados Unidos, les prometió apoyo y protección en su paso por México. Anticipó que al asumir la presidencia otorgaría visas de trabajo a migrantes y tuvieran alternativas ante las adversas condiciones en sus países.

Expresó: “Vamos a ofrecer empleo, trabajo, a migrantes centroamericanos; es un plan que tenemos, que el que quiera trabajar en nuestro país va a tener apoyo, va a tener una visa de trabajo. Estamos viendo eso, no atender el asunto solo con deportaciones o con medidas de fuerza, sino dando opciones, alternativas”.   Eso fue suficiente para que centroamericanos, cubanos, caribeños, africanos y hasta hindúes vieran una opción para una migración segura.

Pero López Obrador desconocía que Donald Trump, entonces presidente de Estados Unidos, no estaba dispuesto a recibir esas corrientes de migrantes, por lo cual amenazó con aplicar aranceles comerciales a los productos mexicanos en caso permitir la llegada de las caravanas a la frontera norte de ambos países,

Ante ello, no le quedó más remedio que intentar contener a quienes aspiraban cumplir con el sueño americano y, para ello, dispuso la intervención de la Guardia Nacional para que hiciera las funciones de un muro humano, con lo cual quedó satisfecho Trump y le ahorro el gasto de colocar a sus vigilantes en la frontera o de construir su famosa barda.

Pero el daño ya estaba hecho: a los migrantes ya nada los frenaría para cruzar por territorio mexicano, incluso no les importó la pandemia de covid-19 y en diferentes momentos lograron llegar a diferentes ciudades fronterizas donde, finalmente, deberían esperar a que se les autorizara el ingreso legal a Estados Unidos.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el tráfico de personas se ha elevado desde 2019 y se mantiene en su nivel más alto, ya que el delito aumento 173.4% de enero a octubre de 2021 en comparación a 2020.

Ahora López Obrador demanda a Estados Unidos que agilice un plan para atender a la migración desde los países de origen e insiste en aplicar en las naciones centroamericanas sus programas sociales, como “Sembrando oportunidades”, como si fuera la solución definitiva cuando en México ni siquiera se ha comprobado la efectividad de esas acciones.

También existió responsabilidad de Joe Biden, nuevo mandatario estadounidense, quien entre sus buenas intenciones anticipó apoyos a los migrantes, pero debido a cuestiones legales y disputas partidistas en el Congreso estadounidense modificó sus políticas, incluso, por orden de un juez se vio obligado a retomar la política de “Quédate en México”.

Con este somero repaso de las condiciones de los migrantes, se establece que el conflicto no resulta tan sencillo de resolver, pero es necesario encontrar la mejor alternativa posible para estos social y políticamente incómodos visitantes.

Tampoco debe omitirse que en la migración ya interviene el crimen organizado, donde participan como traficantes varios cárteles como el del Golfo, de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, quienes cobran cuantiosas cantidades a los “ilusionados” para llegar a Estados Unidos, aunque en muchas ocasiones son abandonados a medio camino, para ser objeto de robos y violaciones y, al caer en manos de autoridades mexicanas, si bien les va quedan internados en centros migratorios cuando no son devueltos a sus sitios de origen.

Aunque se anuncie que en forma coordinada los gobiernos de México, Guatemala, Estados Unidos, Ecuador, Honduras, Nicaragua y Dominicana se comprometieron a trabajar contra el tráfico de personas, el acabar o al menos controlar ese delito en nuestro país es una responsabilidad de nuestras autoridades que, ojalá, lo puedan resolver lo más pronto posible, a fin de que los migrantes dejen de ser víctimas y puedan aspirar a tener una mejor vida.

Sin embargo, también López Obrador debe reconocer que se equivocó en sus políticas populistas hacia los migrantes y ahora debe asumir su parte y encontrar una adecuada solución a esta problemática, lo cual, lamentablemente, no será ni sencillo ni rápido.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.