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Alebrijes en Cuadratines / Definición de candidaturas

 

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx /

Aunque formalmente el presidente Andrés Manuel López Obrador entregó el pasado 7 de septiembre el “bastón de mando”, a Claudia Sheinbaum para que ella ahora sea, además de la Coordinadora de la Defensa de la Cuarta Transformación –es decir, aspirante a la presidencia de la república–, también en lo futuro ella sea la responsable de llevar el timón del proyecto político morenista.

En una de sus primeras decisiones fue el respaldar a Omar García Harfuch, el exsecretario de Seguridad Ciudadana capitalino, para que lanzara como aspirante a la candidatura de la Ciudad de México a pesar de una serie de puntos en contra, dos particular: uno, no haber sido militante de Morena y dos, que no es del agrado de López Obrador.

Debe recordarse que el presidente se había comprometido a que a partir de la entrega de ese bastón ya iba a permanecer al margen de las actividades partidistas para, ahora sí, dedicarse a gobernar en el poco más de un año que le resta a su administración.

Pero el viernes pasado se generaron varios detalles que ponen en duda ese anunciado “retiro”. Sucedió que en la conferencia mañanera del pasado viernes, López Obrador reasumió su liderazgo moral dentro de Morena y dio a conocer una serie de posibles aspirantes a las ocho gubernaturas y a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, así como eliminar a otros presuntos políticos mencionados como interesados en ser postulados.

El presidente anticipó que entre ocho y diez miembros de su gobierno dejarán sus cargos en las próximas semanas, pues anticipó que quien aspire a ser candidato, de ninguna forma puede ser funcionario, ya que si bien no es un asunto legal, sí es un asunto moral.

Ello, debido a que aunque legalmente la fecha límite para que un servidor público que aspire a ser postulado a un cargo público es el 2 de diciembre, el inquilino de Palacio Nacional señaló la necesidad de que dimitan antes a sus responsabilidades con el propósito de dejar públicamente en claro que se utilizan recursos públicos con propósitos político personales.

De las renuncias anticipadas destaca el de Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, para la capital federal, quien se hizo conocido por su “desempeño” durante la pandemia de covid-19, donde sus resultados fueron cuestionables tanto por la cantidad de fallecidos como por sus políticas de vacunación.

Lo sobresaliente es que tras haber renunciado a participar por Morena por parte de Ricardo Monreal y de Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos, quienes tendrían mayores posibilidades de ser nominados a las candidaturas serían García Harfuch, López-Gatell y Clara Brugada, exalcaldesa de Iztapalapa.

Si bien Brugada se ha comportado y ha buscado la nominación institucionalmente, ahora enfrentaría a dos adversarios, uno bajo el respaldado por Sheinbaum y el otro por López Obrador. La cuestión será ver quien de esos tres políticos logra la nominación, gracias al apoyo recibido y sin provocar una división interna.

Además, con el resultado final se advertirá quien tiene más fuerza al interior de Morena: Sheinbaum o López Obrador, con sus naturales consecuencias.

También en esa mañanera, el presidente anticipó otras “renuncias”, como la de Rocío Nahle, secretaria de Energía, para ser nominada a la gubernatura de Veracruz –a quien calificó de primera, como “una mujer con principios, honesta, trabajadora”–, así como a Ricardo Sheffield, procurador Federal del Consumidor, y a Margarita González Saravia, directora de la Lotería Nacional, para Guanajuato y Morelos. respectivamente.

Sin embargo, López-Gatell no ha incursionado en la política, ya que sus funciones se han centrado en el servicio público, sin haber ocupado cargos de elección popular dedicándose a formular políticas técnicas y de salud. Incluso en julio de 2020, enfatizó su enfoque técnico y su falta de interés en la política, al afirma: “No tengo ningún lugar que ocupar en la política. Soy un funcionario técnico, mi vocación es técnica, mi formación es técnica”.

También, en caso contrario, descalificó a su prima Manuela Obrador Narváez, quien aspiraba a ase nominada para la candidatura de Chiapas al afirmar: “No quiero que se establezca o se restablezca la mala costumbre del amiguismo, del influyentismo, del nepotismo, de todas esas lacras de la política. No mi familia no”. Incluso precisó: “Es que se llegó al extremo de que querían poner a sus esposas de gobernadoras”.

Es más, reconoció a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, quien no aspira a ningún cargo de elección popular, así como tampoco sus hijos: “Agradecerle mucho a mis hijos porque desde hace tiempo tenemos el compromiso que mientras que yo esté activo ningún cargo para ellos”.

Por supuesto, aunque haya entregado el “bastón de mando”; sus palabras, “opiniones y recomendaciones” serán atendidas porque continuará como el líder moral de Morena, incluso recuérdese que en el Senado aún no se ha retirado la iniciativa de que los expresidentes sean integrados a la Cámara de Senadores como un legislador “honorifico”, desde donde podrá seguir participando en la política nacional.

En fin, ya veremos cómo en Morena se resuelven las candidaturas a gobernador y jefe de gobierno capitalino, sin entrar en conflicto López Obrador y Sheinbaum y, por supuesto, quienes se sienten como los seguros postulados pero quedarán descartados.

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