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Alebrijes en cuadratines: El trabajo y el internet

Por Adrián Chavarría

Cuando se habla de las jornadas laborales es común referirse a la semana inglesa, es decir jornadas semanales de 40 horas divididas en cinco días, que es el promedio de trabajo en México, pero existe otra semana, menos conocida, es la francesa, consistente en jornadas semanales de 35 horas.

Y es que desde 1999 Francia se convirtió en el primer y, hasta la fecha, único país del mundo en adoptar una semana laboral de 7 horas durante cinco días, pero ahora en esa nación se ha presentado una nueva circunstancia laboral que, indudablemente, beneficia a los trabajadores.

Ahora, nuevas reglas en Francia protegen a los empleados de los molestos correos electrónicos y llamadas telefónicas fuera del horario de trabajo, pero ¿sería una ley en este sentido factible en otros lugares, por ejemplo en México?

Si bien el internet ha venido a revolucionar las diferentes actividades sociales, entre ellas las laborales al permitir una mayor rapidez en las actividades productivas. Por ejemplo, en el periodismo agilizó la producción de los medios impresos y de los tiempos en que operaban los redactores, correctores, capturistas, linotipistas, litografistas, entre otras especialidades, para ahora reducirse a redactores, reporteros y diseñadores gráficos.

Entonces el correo electrónico también se ha vuelto un recurso para el contacto entre jefes y subalternos para las actividades laborales, no necesariamente en la oficina sino en sitios donde los empleados pueden desarrollar sus actividades.

Si en Francia ya se puede operar el ignorar los correos electrónicos y las llamadas telefónicas de trabajo en horarios fuera de la jornada y resultarles útiles, en México no creo que sea suficiente ya que el teléfono celular es recurso tecnológico para que el jefe contacte a todo aquel empleado al cual necesite transmitirle una instrucción.

Y es que ese aparatito es el que mantiene ubicable a todas las personas y, cuando se apaga por cualquier circunstancia, ya sea accidente como la batería sin energía o por necesidad, como cuando se entra al cine, es motivo para que el jefe se ponga casi histérico por no lograr la comunicación a fin de que sea atendida su llamada y posterior instrucción.

Entonces, en México además de regular el uso de los correos electrónicos, lo que debería también definirse sería el uso de los teléfonos celulares para que no existiera forma de hacer que el empleado utilice parte de su tiempo libre para actividades laborales.

Lo que sucede que es el teléfono, más que el email, lo que encadena más al empleado con su centro de trabajo y difícilmente se podrá terminar con esa relación extralaboral.

Por cierto, ¿saben por qué a los primeros teléfonos inteligentes se les llamó blackberry?

Existe una versión que circula por internet que, aunque no es verídica se acerca mucho a la realidad: le pusieron así porque cuando existía la esclavitud en los Estados Unidos, a los nuevos o apenas se les compraba se les ataba con una cadena y un grillete al pie una bola negra de hierro muy irregular y cacariza, no era una bola perfecta, para evitar que escaparan de los campos de algodón.

Los amos, para usar un eufemismo ‑palabra políticamente más correcta que suena más bonito‑, le llamaban a esa bola BlackBerry porque se asemejaba a dicha fruta, conocida en México como zarzamora. Entonces ese era el símbolo antiguo de la esclavitud que decía estaría forzado a mantener esa vida hasta perecer sin poder escapar en esos sembradíos.

En los tiempos modernos, a los empleados no se les puede amarrar una bola de hierro para que no escapen, en cambio se les proporciona o, peor aún, voluntariamente adquieren un teléfono Blackberry y quedan inalámbricamente atados con ese grillete, que al igual que los esclavos, no pueden dejar de lado y que los tiene atados al trabajo todo el tiempo. Es el símbolo moderno de la esclavitud.

De esta forma gerentes y directores, basta ver cómo están pegados a la dichosa maquinita todo el tiempo, como adicción; en el baño, en el auto, en el cine, en la cena, al dormirse y no hay forma de escapar cuando llama el jefe o cuando te envían e-mails. No hay manera de decir que no te llegó o que no escuchaste porque este teléfono chismoso te avisa si llamaron y no contestaste, si tienes mensajes por leer, si los leíste y si los demás abrieron tus correos, te marca citas, horarios, te despierta, se apaga y se enciende solo y te permite estar idiotizado por horas en la internet, mientras tu esposa, esposo, novia, novio y tus hijos y familia te reclaman porque no les pones atención.

Ahora la versión oficial dice que BlackBerry le debe su nombre a que en 2001 se contrató a una empresa consultora de marcas llamada Lexicon Branding, y cuentan que solicitó la palabra elegida para la marca tuviera implícita la palabra email, pero fueron disuadidos por la consultora de que se asociaría con trabajo, y eso no sería agradable para muchos.

El equipo de Lexicon revisó varias posibilidades hasta que al final se eligió Blackberry por el color de esta fruta y la similitud de las teclas del dispositivo. Además el nombre no se asociaría con trabajo. Pero usted, ¿qué versión considera más correcta y adecuada?

 

Para comentarios ache57@yah00.com.mx

 

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