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CRECE SIGNIFICATIVAMENTE PARTICIPACIÓN DE MUJERES EN ACTIVIDADES ACADÉMICAS

 

  • El fortalecimiento de la equidad requiere de vigorizar las políticas para la redistribución del ingreso y ampliar la infraestructura educativa y de salud.

 

La participación de las mujeres en las actividades académicas ha crecido significativamente en las recientes cinco décadas, así también su formación académica, previa a su ingreso a las universidades; ambos, son avances que ha experimentado la sociedad mexicana, consideró la profesora e investigadora del Centro Universitario Texcoco de la Universidad Autónoma del Estado de México, Alma Beatriz Grajeda Jiménez.

Al hablar sobre “La participación de la mujer en la educación y en la educación en México”, la experta universitaria aseguró que el fortalecimiento de la equidad requiere de vigorizar las políticas para la redistribución del ingreso y ampliar la infraestructura educativa y de salud; también puntualizó la necesidad de dar cumplimiento a las disposiciones legales a favor de la mujer y construir un nuevo paquete de acciones afirmativas.

Ante alumnos, académicos e investigadores de este espacio de la Máxima Casa de Estudios mexiquense, abundó sobre la importancia de llevar a cabo reformas institucionales que propicien la democratización de las instituciones educativas y con ello, se favorezca la participación de la mujer en las organizaciones académicas y en la sociedad.

En este sentido, Alma Beatriz Grajeda Jiménez citó algunas cifras que señalan que en 2010 se registraban en educación superior dos millones 766 mil estudiantes, que representaban 29 por ciento del grupo de edad de 19 a 23 años.

En tanto, indicó que de cada 100 estudiantes, 50 eran mujeres, aunque en otros países, la incorporación de la mujer fue superior, como el caso de Cuba, con 61 por ciento; Panamá, 60 por ciento; Puerto Rico, 64 por ciento; Argentina, 59 por ciento; Brasil, 56 por ciento; Colombia, 57 por ciento; Honduras, 55 por ciento, y Jamaica, con casi 70 por ciento.

Opinó que el hecho de que la mitad del estudiantado universitario mexicano se conforme por mujeres ha venido a romper paulatinamente, pese a las múltiples resistencias de diversos sectores, con las concepciones que sostienen que las funciones primordiales o únicas de la mujer son ser madre, esposa y ama de casa, reservando las tareas del trabajo pagado y la educación a los varones.

Sin embargo, aseveró Alma Beatriz Grajeda Jiménez, aún existen profundos atavismos culturales que provienen de las estructuras familiares y los ámbitos escolares, para que las mujeres no estudien carreras en ciertas disciplinas, pero también ocurre que en ciertas licenciaturas no se aprecia y se valora que los hombres lleven a cabo sus estudios profesionales.

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