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Alebrijes en Cuadratines: Las manifestaciones y los anarquistas

Alebrijes en Cuadratines

Las manifestaciones y los anarquistas

 

Adrián Chavarría Espinosa

Sin duda en este nuevo siglo se viven condiciones políticas y sociales muy diferentes a las registradas en el siglo pasado, que si bien son conquistas indiscutibles también debe reconocerse que no resultaron sencillas.

            Por ejemplo, en el siglo pasado las manifestaciones públicas resultaban casi prohibidas, en especial de aquellas que resultaban críticas a las autoridades; recuérdese las represiones a los movimientos de maestros, ferrocarrileros, médicos y en especial de los estudiantes. En cambio, a las oficiales se les otorgaban todo el apoyo para su desarrollo.

            Se daban casos quecuando se realizaban visitas de mandatarios extranjeros o eventos políticos‑por ejemplo, el informe presidencial‑ eran casi días de fiesta nacional. En el caso de las visitas, se suspendían clases y labores en oficinas públicas, para que alumnos y empleados hicieran vallas para dar la bienvenida; en los informes se cerraba todo el centro histórico capitalino y se utilizaba al Zócalo para que vitorearan al presidente, quien había ya recibido aplausos de diputados federales y senadores y después se registraba el clásico besamanos.

            Así que ahora existe un panorama totalmente diferente, donde se permiten las manifestaciones para exponer demandas y quejas sociales, sin embargo, se han registrado una serie de circunstancias que manchan y afectan estas expresiones populares: la aparición de los llamados anarcos.

            ¿Quiénes son? Pues se les describe como a grupos de jóvenes que cubren su rostro con pasamontañas o paliacates, quienes armadas con bombas molotov, piedras, tubos y otros objetos contundentes, se infiltran en las marchas para causar daños y destrozos tanto en comercios como en el mobiliario urbano y agreden a los elementos policiacos; tras todo ello huyen para evitar ser arrestados.

            Pero, además, también últimamente se han dado a la tarea de ocupar ilegalmente instalaciones educativas, como han sido los planteles Vallejo y Naucalpan del Colegio de Ciencias y Humanidades así como la unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana.

            Lamentablemente su presencia no se limita solamente a la ciudad de México, sino también actúan en otros puntos del país, como sucedió el pasado viernes 2 de octubre en la ciudad de Oaxaca, donde además de infiltrarse en la marcha para recordar el 47 aniversario de los hechos sangrientos de Tlalteloco, dañaron comercios, casas, fachadas comerciales y autos nuevos de dos agencias de venta. Aquí se logró la detención de poco más de 50 anarquistas, varios de ellos quedaron libres por ser menores de edad, aunque finalmente solo se consignaron a nueve de ellos.

            También han sido constantes las tomas de casetas de cobro en autopistas, bajo el argumento de solicitar apoyos para los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, pero como simple pretexto ya que nunca han entregado los recursos recaudados para los guerrerenses.

            En fin sus actuaciones han sido constantes, la mayor parte de las veces de manera violenta, pero no se han podido eliminar. Entonces la duda es ¿Quién los patrocina, quien les da los recursos para adquirir sus “armas”?, incluso, varios de ellos usan máscaras antigás para evitar las actuaciones de los elementos policiacos.

            Aquí es donde deben actuar de manera coordinada las autoridades de los tres niveles de gobierno, para en una labor de inteligencia conjunta se logre conocer a quienes movilizan a estos anarcos, que simplemente lo que buscan es crear ambientes de tensión y violencia y, en la medida de lo posible, evitar situaciones donde se registren decesos, que de suceder serían nuevas banderas para proseguir con sus “luchas y movimientos”.

            Y es que a pesar de todos los esfuerzos de las autoridades para evitar confrontaciones con equipo letal, nunca puede descartarse que sucedan hechos lamentables que, posteriormente serían calificados por ellos como represión de las autoridades.

            Téngase presente que el primero de diciembre de 2012, cuando rindió su protesta Enrique Peña Nieto como presidente de la república en el Palacio Legislativo de San Lázaro, un grupo de estos anarquistas agredió esas instalaciones y, lamentablemente, uno de sus integrantes resultó lesionado en la cara. Incluso, se le dio por muerto y hasta un diputado aseguró que era el primer muerto del nuevo sexenio.

            Por todo lo anterior resulta indispensable conocer quién o quiénes están detrás de estos anarquistas para desenmascararlos, exponerlos ante la sociedad y presentarlos ante la ley para que responden por todas sus acciones negativas, ya que no se debe esperar a que se ahogue el niño para tapar el pozo, sino actuar anticipadamente por el bien de la sociedad.

Para comentarios está a su disposición el correo ache57@yahoo.com.mx

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