Alebrijes en cuadratines: Manipulación del marco legal
POR Adrián Chavarría Espinosa
Nadie discute que sin la existencia de las leyes las sociedades vivirían en la anarquía, donde imperaría quien tuviera más fuerza. Lamentablemente en nuestro país aunque exista el mejor marco legal al que se podría aspirar, no se cumple el axioma de tener una justicia oportuna y eficaz.
Por ejemplo, recientemente se supo de la detención de un joven con discapacidad mental, a quien en una sucursal de los supermercados Soriana se le acusó del robo de una bebida y dos manzanas, con un valor de 21 pesos, cuando ni siquiera había salido de la tienda, razón por la cual estuvo preso por más de 20 días hasta que esa cadena comercial se dignó otorgarle el perdón.
También están los casos donde delincuentes confesos, en especial secuestradores, buscan recuperar su libertad al aprovecharse de tecnicismos legales para echar abajo todo el proceso legal por el cual han sido sentenciados y encarcelados.
Sin embargo esta condición no es exclusiva de México; en Estados Unidos también sucede. El típico ejemplo es el caso de Al Capone, quien además de encabezar un gran grupo criminal dedico al tráfico de bebidas durante la época de la prohibición, para lo cual cometió homicidios, sobornos, secuestros, entre otros cargos, finalmente solo pudo ser sentenciado por defraudación fiscal.
Bueno, pero al grano. Creo que lo peor que podría suceder es cuando los delincuentes, en especial aquellos que han cometido todo tipo de ilícitos, tratan de aprovecharse de la ley para cubrirse y sacar los mayores beneficios posibles, es decir que aunque violan constantemente el marco legal, finalmente se escudan en él para alcanzar provecho personal.
Está el caso de Joaquín El Chapo Guzmán, cabeza del Cartel de Sinaloa, quien se ha escapado de dos cárceles de máxima seguridad en México, recientemente recapturado y sobre quien pesan dos solicitudes de extradición a Estados Unidos, pero donde sus abogados ya negocian las condiciones para obtener los mayores beneficios posibles y tener vigente la posibilidad de cancelar una cadena perpetua y aceptar una condena lo más breve posible.
Pero el punto es que su vida ya es tema de una película, como la que ha negociado con la actriz Kate del Castillo, donde ya se establecieron las bases iniciales para desarrollar la producción, más también ya surgió el interés para desarrollar una serie de televisión a través de Netflix, la cual presuntamente saldría al aire a inicios del próximo año.
Sin embargo existe un problema legal: los nombres El Chapo Guzmán, El Chapo y Joaquín El Chapo Guzmán, son títulos legalmente registrados en beneficio de su hija de nombre Alejandrína Giselle Guzmán Salazar, para cuando requieran ser utilizados en joyería, productos fabricados de pieles de animales, vestuario, calzado y sombrerería, juegos, artículos deportivos o decoraciones, publicidad y seguros, además de otros rubros como productos de entretenimiento que comprende desarrollo, creación, producción, distribución, postproducción de cintas, presentaciones de televisión, multimedia, transmisión de medios y servicios globales de computación en networks.
¿Qué significa? Pues simplemente toda aquella persona o empresa que decida utilizar alguna de las denominaciones señaladas, ya sea en México o Estados Unidos, deberá llegar a un acuerdo para cubrir las correspondientes regalías o, en caso contrario, sería objeto de una demanda legal por parte del cuerpo de abogados del Chapo,
Por tal razón y de acuerdo Andrés Granados, abogado del Chapo, ya anticipó que quien desee utilizar alguna de las denominaciones registradas sin el correspondiente permiso, será demandado legalmente y, en el caso de Netflix, tácitamente los exhorta a iniciar negociaciones.
Incluso, de acuerdo a informaciones el abogado ha expresado textualmente que “para hacer algo mejor y por un precio más justo, el señor Guzmán podría aportar más información”. ¡Vaya con el interés del capo!
Pero José Refugio Rodríguez, otro de los abogados del Chapo, afirma que la pretensión del próximo a ser extraditado es que los ingresos obtenidos con la mencionada marca, en especial con películas o documentales, se integre un fideicomiso en beneficio de sus hijas que procreó con Emma Coronel, su actual pareja.
Para este profesional lo que se busca es proteger la intimidad del Chapo, es decir gozar del derecho humano a la intimidad, por lo cual nadie puede divulgar su vida privada y, si lo hacen, entonces le generan un daño moral, lo cual puede ser objeto de sanciones penales.
En fin, todo lo anterior resulta ser una inevitable paradoja: cómo alguien dedicado a violar la ley, recurre a ella para obtener beneficios y, lo que podría resultar más increíble que muchas personas, incluso aquellas que han sido afectadas negativamente con sus actividades, serían las primeras interesadas en adquirir alguno de los futuros artículos concesionados, acudir al cine, contratar los programas por televisión de paga o hasta adquirir todo lo posible en la piratería, con lo cual el más beneficiado sería, sin duda, el Chapo Guzmán.
De esta forma se ve cómo la tuerce la ley para beneficiar a alguien que se ha dedicado a violentarla y, por lo que se ve, tendría todo a su favor para salirse con la suya y, aunque siga preso todo su cartel continúa con sus actividades ilícitas en detrimento de la sociedad.