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Entre Diputados te Veas… por Juan Miguel Benítez Meléndez

Entre Diputados te Veas… NUESTRA “DEMOCRACIA”, INCUBADORA DE LOS ‘LEGISLADORES’ IMPROVISADOS Por Juan Miguel Benítez Meléndez TOLUCA DE LERDO, México. Según “la leyenda urbana nacional”, primero fueron los “barones de la religión católica”, los que concedían las patentes del poder, — a la fecha lo siguen haciendo; — luego los jefes militares, —con la pechera desbordada de condecoraciones, — los que se “repartían” el poder, — hasta que llegó la “civilización política”, sustentada en la cultura europea, — todavía humeaban las quemazones que los españoles hicieron de la cultura prehispánica, — con burdas copias criollas, incluida las masonerías británica y gala, para ordenar, conforme a los postulados Constitucionales del 11, el 24 y el 57, una Nación independiente, — hasta de sus propios “redentores” en todos sentidos por “las herencias” que dejaron las “once” presidencias santanistas, — que ya había vivido, el episodio de Maximiliano y Carlota, y la etapa de la Presidencia, en carroza; que generó el alumbramiento social de los “extremos políticos”: liberales y conservadores, ambos bandos se dedicaron a entablar una “sorda” disputa — con asesinatos y todo, — por el control del poder, hecho “gobierno”… En ese “momento histórico”, comenzó la “mexicana democracia”, que generó a nuestro inefable, inmarcesible y “sólido” — que hasta la fecha no se ha perfeccionado, — Sistema Político Nacional y se inició la cruenta lucha por el poder, — civilizadamente, — hasta que llegó la “decena trágica”, para gestar los albores de un Constitucionalismo, que superó los sueños de igualdad de sus propios creadores, en el Documento Nacional que se firmó en Querétaro, hace 100 años… Aquellos, diputados Constitucionalistas, — que sí eran representantes populares, — le dieron a la Nación Mexicana, el instrumento civil para que se transitara por la vía del orden la legalidad y el respeto… Pertinente aclaración: la ambición, la avaricia y la codicia de los seres humanos, — la humana naturaleza, — echó a perder todo… Nunca se consideró la insultante descomposición social, como “maldición gitana” que dejaría la “invención” de los partidos políticos… Más que la invención de partidos políticos, la “clase” de seres humanos que al arribar a los cargos de dirección, con todo a su favor, se convirtieran en los dioses y verdugos de sus semejantes, dirigentes, que no lideres; de los partidos políticos, hallaron la forma de controlar a la masa para secuestrar al gobierno… En ese paisaje, “nacieron” los legisladores, — senadores y diputados, — controlados por sus partidos, sometidos a sus benefactores y “asalariados” del Sistema Político Mexicano, los legisladores son los actores principales en el aparato oficial nacional. Hacen “leyes” para “los gobiernos”, se dedican a “legislar” para encubrir complicidades y procuran “normatividades” para facilitar las medidas que sirven a “los gobiernos” para “gravar” en mil formas, las obligaciones fiscales a los ciudadanos y allegarle más recursos a las “administraciones gubernamentales” en sus tres instancias. Ergo, no son los partidos, son nuestros semejantes los que tienen ahorcada la conciencia nacional, porque al usar los escudos del cargo que les dio el partido, se “la parten” al partido, a la ciudadanía y al país, con sus actos, al anteponer sus intereses personales y de grupo a los de la colectividad, la medida a aplicar pudiera ser: que los “partidos políticos” asuman su responsabilidad civil y seleccionen, desde un principio a los seres humanos de excepción y vacunados contra la ambición, la avaricia y la codicia… Para que no se olviden, quien los postuló, — seguramente habrá que practicar una “cirugía mayor” en el órgano de los escrúpulos, a dirigentes partidistas,— y quien voto por ellos, principalmente… El para qué, se votó…
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