ColumnaEstado de México

ALEBRIJES EN CUADRATINES: FALTA DE CULTURA VIAL

 

Por Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

El último jueves de junio se registró un lamentable accidente en el Eje 6 Sur, a la altura de la calle San José, frente a la Central de Abasto, en la delegación Iztapalapa de la ciudad de México, donde un menor falleció y dos más quedaron gravemente heridos.

Ellos viajaban en una camioneta que hacía las funciones de transporte escolar, unidad conducida por la madre del menor fallecido, la cual fue impactada por una Jeep con placas del Estado de México, que aparentemente venía del área de pescaderías al llevar en su parte frontal hielo y pescado y cuyo conductor escapó del lugar.

Aunque las primeras informaciones señalaban que era un transporte escolar del Instituto Salesiano Don Bosco, del cual eran alumnos todos los menores, la realidad es que la conductora manejaba un vehículo 1995, es decir con 22 años de antigüedad, sin precisarse si cobraba por el traslado de los alumnos, además carecía de seguro.

La procuraduría capitalina inició una investigación para deslindar responsabilidades, para lo cual se analizan los videos de las cámaras de vigilancia del C5, donde se observa como ambos conductores cometieron errores básicos al manejar, es decir como en otras ocasiones se conjugaron dos imprudencias pero ahora con resultados fatales.

Además de que en el lugar no había señalamiento de vialidad alguno, aparentemente la camioneta con escolares, quienes no usaban el cinturón de seguridad del vehículo ‑si es que contaba con ese aditamento para todos los pasajeros‑. dio una vuelta prohibida mientras que la Cherokee era conducida a exceso de velocidad y el conductor se pasó la luz roja de semáforo.

Debido al fuerte impacto Alberto, de nueve años e hijo de la conductora, salió disparado hacia el pavimento y murió de manera instantánea al caer, mientras que dos menores también salieron de la unidad fueron trasladados en helicópteros de la policía capitalina al Hospital Pediátrico de Legaria, donde se les reportó como graves en su estado de salud.

¿Qué se puede comentar de este suceso? La necesidad de implementar y alentar una verdadera cultura vial, principalmente entre los conductores quienes cuando se colocan tras el volante y encender el motor de su vehículo se sienten dueños de las calles, donde ellos y solo ellos son quienes importan y los demás, son elementos secundarios sin importancia.

Es decir, muchas personas se sienten especiales y con todo el derecho de ignorar los reglamentos de tránsito, que valgan y se apliquen a los demás pero no a ellos, pero lo grave es sentirse inmunes a todo tipo de accidentes, porque creen que a ellos nunca les sucederá.

Por eso sin ningún tipo de remordimiento y con toda premeditación, cuando al circular les toca el alto se colocan sobre las zonas peatonales, con lo cual obstruyen el paso de las personas; cuando consideran la mejor oportunidad se pasan el alto; no respetan los límites de velocidad; rebasan por la derecha, sin considerar que posiblemente existe otro vehículo estacionado; avientan sus unidades a los ciclistas y motociclistas, entre otras “hazañas”.

Tampoco entienden que al circular en calles angostas o de doble sentido, deben ceder momentáneamente el paso a unidades que circulan en sentido contrario para evitar congestionamientos; que circular por al carril de sentido contrario en lugar de poder llegar más rápido a su destino, hacen más lento el tránsito y perjudican a todos.

En los retornos de avenidas con carga vehicular, no les importa afectar la circulación cuando se colocan delante de todos los que esperan dar vuelta y obstruyen el carril de alta velocidad, con riesgo de sean impactados por otros autos. Lo peor es que las personas que conducen correctamente son molestadas por quienes no saben respetar a los demás y en la medida de sus posibilidades, con el claxon o a señas profieren todo tipo de insultos.

Lo que estos malos conductores desconocen es que manejar no es simplemente saber mover un vehículo, sino conocer y respetar las normas y reglamentos vigentes las cuales deben cumplirse a fin de evitar todo tipo de accidentes, desde los llamados lamineros donde solo se presentan algunos simples daños materiales hasta los graves, donde personas inocentes resultan muertas, como el caso citado anteriormente.

Si todos al conducir, ya sea en una bicicleta, motocicleta, automotor particular, de carga o transporte público fuéramos más conscientes de la responsabilidad que representa esa actividad, seguramente habría menos accidentes, el tránsito no resultaría tan conflictivo y como efecto secundario podrían bajar los niveles de contaminación ambiental, además de un menor gasto de combustible.

Es necesario conocer toda la responsabilidad que significa y representa mover una unidad de lo menos una tonelada de peso, tanto para el conductor, los otros choferes, los peatones y ciclistas, es decir comprender la cultura vial de respeto a todos los miembros de la sociedad sin duda nos hará mejores a todos.

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