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Alebrijes en Cuadratines: Caravanas con sombrero ajeno

Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

Un dicho mexicano muy popular señala que hacer caravana con sombrero ajeno, consiste en quedar bien ante otras personas pero con recursos ajenos y la semana pasada una política quedó en evidencia pública por una situación que encaja perfectamente en esa frase.

Sucede que Layda Sansores, senadora con licencia y aspirante a alcaldesa en Álvaro Obregón, en la Ciudad de México por parte de Morena, fue exhibida en el espacio informativo de Denise Maerker, difundido por Televisa, al informar que ella había gastado 700 mil pesos, pero esos recursos fueron facturados con cargo al Senado de la República.

De acuerdo a la información revelada, ella no solo adquirió aparatos electrodomésticos, ropa y hasta juguetes, también una muñeca con todo y accesorios por cuatro mil pesos ya que se incluye también una mascada de seda pero especial, ya que contenía las fotografías de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

En su defensa la política aseguró que “no fueron gastos personales”, sino que lo adquirido fue para festejar en diciembre de los últimos seis años a los 700 trabajadores de limpieza del senado y, para respaldar sus afirmaciones, subió a su página de Facebook unos videos donde varias mujeres le agradecen la ayuda recibida, como una licuadora, una estufa o un juego de vasos.

Pero en esos videos existen varios detalles, como el hecho de que las entrevistadas parece que les dictan lo que deben decir o también que varias de ellas no son trabajadoras del Senado ya que tienen vestimenta con logotipos del Fonatur, incluso una de ellas muestra su credencial laboral de esa dependencia o. también, que además se menciona la ayuda para tener el servicio de comedor.

Entonces las dudas surgen: ¿la ayuda era para los trabajadores de mantenimiento del senado o para empleadas del Fonatur?, y ¿eran regalos para los festejos decembrinos o para el servicio cotidiano de comedor para los trabajadores?

Si bien esos trabajadores de mantenimiento ejecutan una labor digna pero muy pocas veces reconocida y con bajos salarios, de ninguna forma puede considerarse negativo que se les pueda generar algún tipo de ayuda y sean objeto de un convivio decembrino con rifas y regalos, sin embargo debe considerarse un punto importante: ¿de dónde salen los recursos para financiar esas fiestas y obsequios?

Aparentemente los citados apoyos son de parte de la legisladora morenista, ya que ella es quien organizó ese tipo de eventos, pero la realidad es que por lo informado y lo expresado por ella en su defensa, ni un solo peso sale de sus bolsillos ya que todo es pagado y facturado para que sea el Senado quien cubra esos gastos.

Entonces quienes realmente pagan esos convivios, regalos y apoyos somos todos quienes cumplimos con el pago de nuestros impuestos, ya que es a través de ellos que se cubren los salarios de los servidores públicos, entre ellos, por supuesto, los legisladores y de todas sus actividades así como lo inherente a las funciones de personal de apoyo y gastos en comidas, transportes, vehículos, viajes nacionales y extranjeros.

Por eso la mención del dicho citado al inicio de la presente colaboración, en el sentido de que a Sansores le gusta lucirse y así lo presume, pero sin gastar dinero propio, que al pasar todas las facturas al área administrativa del Senado, ella queda bien con los trabajadores pero, finalmente, quienes con esos gastos somos los contribuyentes fiscales cumplidos.

Ante tales condiciones resultaría más conveniente que si Layda Sansores pretende quedar bien con otros, ya sean trabajadores, legisladores o simples ciudadanos, pues que los pagos salgan de su bolsillo, no del erario público.

De acuerdo a lo reiterado por Andrés Manuel López Obrador, aspirante presidencial de Morena y dirigente moral de ese partido, lo que él y sus seguidores se han empeñado en expresar es que ellos son honestos y que no mienten, no roban y no engañan.

Pero, ¿cómo clasificar la actitud de la senadora con licencia? Considero que es un engaño al querer ella quedar bien, pero sin gastar nada de lo suyo, en resumen es un acto de deshonestidad.

 

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