ALUMNOS Y DOCENTES DE LA UAEM MARCHAN EN CONTRA DE LA INSEGURIDAD
Por Humberto Juárez
A juzgar por la manifestación que hicieron ayer, los alumnos de la UAEM, traen su propia inercia, desligada de las protestas en la UNAM, pero ambas coinciden en que basta de la inseguridad que padecen los universitarios. En la Universidad Nacional, regresaron a clases todas las facultades, con excepción de la de Trabajo Social, mientras que en la capital mexiquense, centenares de universitarios salieron a las calles a manifestarse, también contra la violencia de la que son víctimas, y resaltaron los dos casos más recientes, los de Areli Lizbeth Salazar, en el mes de mayo, y el de Ricardo, alumno de ingeniería de una universidad privada, asesinado en un autobús por resistirse al asalto.
Participaron prácticamente de todas las facultades, como Ciencias de la Conducta, Ciencias Políticas y Sociales; Humanidades; Ingeniería, Contaduría, Derecho, de la preparatoria, en fin, prácticamente de todas las que están en Ciudad Universitaria, e incluso se sumaron alumnos de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la marcha fue de Ciudad Universitaria al edificio de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, en la avenida Morelos, de Toluca… Con mantas que dicen cosas como «sr rector, un post en una red social no nos da seguridad». “Justicia y seguridad para los estudiantes» fue la demanda. Habla bien del director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,
También piden veracidad de medios; critican la desinformación y notas a medias, y exigen a las autoridades “dejar de hacerse de la vista gorda”…
No a la impunidad, y «somos la voz de quienes ya no la tienen» fueron otras consignas, que reflejan una problemática, no sólo de los universitarios, sino de toda la sociedad.
Se trata de un reclamo difícil de mirar de soslayo. Es altamente preocupante que a dos cuadras de Palacio de Gobierno, esté una de las zonas de mayor delincuencia, violencia e impunidad de la Capital del Estado de México, donde la gente no puede caminar sin temor a ser víctima de un asalto, de una lesión, o incluso de un homicidio.
Lo que se espera es una reacción del Gobierno, en sus diferentes niveles, y una sacudida a las dependencias encargadas de la SEGURIDAD PÚBLICA, que por ahora están colapsadas, corrompidas, e inoperantes.