ColumnaPolítica

Alebrijes en Cuadratines: Trump y Venezuela

Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

Sin discusión Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, observa un panorama muy diferente al que ven no solamente gran cantidad de sus compatriotas sino el resto del mundo, al considerar que sus acciones y decisiones es lo mejor que se puede hacer a favor de su país, sin considerar las posibles consecuencias para otras naciones.

            Eso queda claro cuando al ser objeto de críticas de medios informativos estadounidenses de inmediato las rechace y afirme que son fake news, es decir falsas noticias e, incluso, atreverse a solicitar el despido de los periodistas que emiten opiniones negativas en su contra, es decir que quienes no están de acuerdo con él deben ser sancionados.

            Ahora el diario The New York Times, citando fuentes oficiales, reveló que la administración que encabeza Trump, había discutido este año planes para un posible golpe de Estado en Venezuela con el respaldo de militares rebeldes de ese país.

            Sin embargo finalmente las conversaciones no prosperaron ya que Estados Unidos decidió no respaldar esa acción, aunque el periódico consideró que esta revelación podría tener consecuencias políticas desfavorables para Trump quien, no está por demás mencionar, ya no solo sueña sino que considera muy factible en una reelección dentro de poco más de dos años.

            De acuerdo con The New York Times, la Casa Blanca rehusó responder a las revelaciones hechas por funcionarios estadunidenses y exmilitares venezolanos, aunque defendió en una declaración escrita su decisión de buscar el diálogo con diversos actores en Venezuela.

            Según la Casa Blanca quienes se acercaron a solicitar el apoyo, son venezolanos que pretenden restaurar el orden democrático e institucional, “y traer un cambio positivo al país que ha sufrido mucho bajo (el presidente Nicolás) Maduro”.

            Esos militares interesados en la intervención estadounidense, aseguran representar a cientos de soldados inconformes, quienes solicitaron radios encriptadas para comunicarse entre ellos y trabajaban en un plan para instalar un gobierno de transición hasta que se convocaran elecciones presidenciales.

            Incluso se cita a un excomandante venezolano quien afirmó al diario que nunca se pronunciaron a favor de una intervención militar estadunidense ni estuvieron de acuerdo con la idea, ni menos propusieron realizar una operación conjunta.

            De acuerdo con una fuente estadunidense, son al menos tres grupos distintos de militares venezolanos quienes han conspirado contra de Maduro, y uno de ellos militares acercó a la administración a través de una embajada en Europa, aunque el New York Times aseguró que uno de los involucrados es un comandante venezolano sujeto a sanciones del Departamento del Tesoro por sospecha de corrupción.

            Ese militar, cuyo nombre no fue difundido, también acusado con otros miembros de las fuerzas de seguridad de crímenes que incluyen tortura, lesiones a civiles, tráfico de drogas y colaboración con grupos insurgentes como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), es decir, que tampoco resultarían ser políticos confiables para poder enderezar la situación en Venezuela.

            Asimismo, funcionarios estadunidenses revelaron que ya anteriormente mandos militares venezolanos habían buscado acercarse con Barack Obama durante su anterior presidencia, incluso pidieron tener un acceso directo con el ahora exmandatario, pero sus pretensiones fueron rechazadas.

            Incluso, actualmente ante el rechazo de la administración Trump y después de los contactos celebrados, tampoco dejó un buen sabor de boca entre los militares venezolanos, uno de los cuales se declaró frustrado por este desenlace.

            Pero de ninguna manera puede desecharse el que Trump pueda recurrir a una acción militar o intervencionista en Venezuela, ya que por lo mostrado en otras áreas, como la económica, donde prácticamente ha iniciado una guerra de aranceles con naciones que presuntamente eran no solo amigas sino aliadas, bien podrían esperarse acciones de fuerza por considerar que sería lo mejor para su país y el mundo, mejor dicho, su mundo.

            Si Trump decidiera, como otra más de sus ideas poco racionales, intervenir ya sea directamente o a través de militares venezolanos, eso significaría un retroceso político e histórico de medio siglo, cuando Estados Unidos propiciaba, bajo el argumento de la Doctrina Monroe –es decir: América para los (norte) americanos‑, el derrocamiento de gobiernos democráticos por no resultarles adecuados a sus intereses, siendo el caso más relevante el golpe de estado en Chile el 11 de septiembre de 1973 para derrocar a Salvador Allende.

            Lo ideal sería que en Venezuela el presidente Nicolás Maduro dejara el poder, que sus compatriotas pudieran elegir un mejor gobierno y que Donald Trump dejara de hacer y decir barbaridades, pero ese ideal está muy lejos de lo real.

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