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Temas Por la Libre: Qué implican las nuevas normas de evaluación del aprendizaje

 

El Acuerdo número 11 /03/19 por el que se establecen las normas generales para la evaluación del aprendizaje, acreditación, promoción, regularización y certificación de los educando de la educación básica, puede considerarse un retroceso en nuestro sistema educativo, di no se contextualiza adecuadamente. Por mi parte, espero que sea interpretado como pretende ser, ya que no es muy claro en el proceso de evaluación.

Es importante leer con cuidado los considerandos del Acuerdo. Parte de dos premisas básicas. La primera es la evaluación formativa; y la segunda, la carga excesiva administrativa que implican los registros de evaluar.

Si hacemos una lectura desconociendo las bases didácticas del enfoque educativo actual, el constructivismo, podemos caer fácilmente en la idea de que no se van a tener reportes del avance de los educandos. Por lo tanto, la calidad educativa va a afectarse negativamente.

En la primera premisa de los «considerandos», se enfatiza en la evaluación formativa; es decir en aquella que debe darse en cada momento de los procesos de enseñanza y de aprendizaje y no hasta el final de un periodo. Esta evaluación busca que el educando vaya obteniendo sus competencias gradualmente. Es decir, va adquiriendo sus saberes (ser, hacer, conocer, innovar) de forma gradual, ya que una competencia se va desarrollando y adquiriendo en el proceso educativo.

En ningún momento (lo cuales muy importante), se pretende que el docente deje de evaluar al alumno. La idea es que este sea competente y no «casi competente». Así mismo, quiere eliminar tantos registros administrativos que solamente sirven para llenar datos para registros de las autoridades. En tal caso es más importante ir construyendo, junto al estudiante, los portafolios de evidencias sobre los resultados del aprendizaje deseado.

El Acuerdo se vuelve un tanto oscuro, cuando, después del 3er año determina escalas de calificación, lo cual da la sensación de que en los primeros grados solo se evaluará la asistencia y se tendrá una calificación numérica, en la escala del 5 al 10. Ahí, sería mejor, aunque cree mayor incertidumbre, también desaparecer las escalas. Los alumnos deben ser competentes y no un 60% u otro porcentaje; se aprende o no. En la vida productiva se contrata a la persona no para que haga a medias su trabajo, sino para que cumpla un estándar.

Si este es el enfoque del Acuerdo, constituye un paso adelante en la educación basada en competencias. Este enfoque es el que han registrado los países con mayores éxitos educativos.

Indudablemente, eliminar las escalas de evaluación sumativa, no es un paso muy fácil de dar. Para el docente implica una labor cotidiana de evaluar la formación del estudiante, para que, al terminar el ciclo escolar, haya logrado los resultados esperados. La didáctica actual lo permite y no es un mito lograr que un estudiante domine una competencia, bajo un estándar establecido. No es crear genios, sino personas que tengan la capacidad de comunicarse oral y de forma escrita, de realizar los cálculos matemáticos indispensables para su vida cotidiana y laboral, crecer con valores y cimo un ser humano integral.

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