ColumnaFOTOPoliciaca y Justicia

Maullidos Urbanos / Inteligencia policiaca, camino correcto

Gato de Barrio /

gatodebarrio@yahoo.com.mx /

La semana pasada se registraron dos hechos que demuestran que para combatir a la delincuencia existe una mejor alternativa que la de “abrazos, no balazos”, es la de desarrollar labores de inteligencia.

Así sucedió, inicialmente, con la captura de una presunta célula del Cártel de Sinaloa que mantenía una casa de seguridad ubicada en la alcaldía Tlalpan –donde, por cierto, radica Claudia Sheibaum, jefa de gobierno capitalino y anterior titular de esa demarcación–, y si bien lamentablemente un policía resultó gravemente herido, fue posible detener a diez sicarios y poner en libertad a cuatro plagiados.

El segundo caso fue la reaprehensión de Rafael Caro Quintero, fundador del desaparecido Cártel de Guadalajara y quien cumplió 28 años de condena en México, pero cuando le faltaban doce para cumplir su sentencia, en agosto de 2013 el tribunal de apelaciones revocó la sentencia de 40 años de prisión por el asesinato de Enrique Camarena, agente de la DEA, y de Alfredo Zavala, piloto que lo acompañaba.

Ese tribunal argumentó que un juzgado estatal debió haber llevado el caso y no uno federal, por lo ordenó su liberación inmediata de una prisión de máxima seguridad, lo que sucedió la madrugada del 9 de agosto de ese año, para prácticamente desaparecer, lo que enojó al gobierno de Estados Unidos, el cual ofrecía una recompensa de veinte millones de dólares para quien informara para su recaptura.

Fue la semana pasada cuando un grupo de elite de la Marina lo ubicó en una comunidad del municipio de San Simón, en la sierra de Sinaloa. Aunque intentó ocultarse que fue un perro de nombre Max, el que consiguió ubicar al narco “entre matorrales”. Aunque, aparentemente en consecuencia de esa captura, fue derribado un helicóptero donde fallecieron catorce elementos.

Coincidentemente, esa captura se logró dos días después de la reunión privada entre los presidentes de México y Estados Unidos, lo que da qué pensar.

Con estos resultados se demuestra que con acciones de inteligencia para ubicar a grupos criminales, se les puede frenar. No puede negarse la existencia de riesgos colaterales, donde los elementos policiacos pueden resultar heridos, pero es necesario equiparlos adecuadamente con lo mejor en armas y equipos para que ejecuten de mejor forma su labor.

Es decir, no es necesario contar con gran cantidad de personal, sino con respaldo de calidad para que las corporaciones de seguridad pública ofrezcan excelentes resultados.

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