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Nueva manifestación ciudadana / Maullidos Urbanos

 

Gato de Barrio

 

gatodebarrio@yahoo.com.mx

Dice el dicho: “no existe mayor ciego que quien no quiere ver”, frase que muy bien puede aplicarse al presidente Andrés Manuel López Obrador al tratar con desdén las marchas del domingo para defender a la democracia y al Instituto Nacional Electoral (INE).

Según su cálculo en la Ciudad de México “solo” participaron 80 mil personas, “por mucho cien mil”, cuando evidentemente fueron muchísimos más, probablemente no el medio millón que consideraron los organizadores pero sí muchos más de quienes acudieron a la primera marcha, realizada el pasado 13 de noviembre.

Es más, las fotografías con diversos ángulos de los miles de asistentes al Zócalo fueron reproducidas en las primeras planas en periódicos de circulación nacional, es decir no se puede decir que fueron manipuladas las imágenes para aumentar el número de manifestantes.

Incluso La Jornada, el periódico absolutamente más morenista tuvo que difundir esa imagen en su portada, aunque sin omitir que intentó desvirtuar la manifestación al colocar en el balazo de la cabeza principal que el evento fue encabezado por “Alito”; Marko Cortés y Claudio X. González, calificados más que adversarios, enemigos del gobierno de la 4ª Transformación.

Es más, en la mañanera del lunes López Obrador realizó un recuento más de 50 convocantes y asistentes, entre ellos políticos, periodistas y activistas, para “exhibirlos” y descalificarlos al expresar: “Siempre he dicho de que se trata de un asunto político, se están agrupando todos los elementos, facciones del bloque conservador, y siempre he dicho también que esto es bueno para el país” ya que, según él, se están desenmascarando.

Pero a la marcha acudieron personas voluntariamente, es decir no hubo acarreados ni “pagados”, tampoco sucedieron pintas de edificios y mobiliario urbano, mucho menos actos violentos como saqueos y quemas de comercios, aunque hubo fallidos actos de provocación como la megamanta y pega de volantes en calles de un supuesto apoyo a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, enjuiciado en Estados Unidos, lo cual era totalmente falso.

El mandatario insistió en su ya gastada retórica que la molestia de los asistentes no es por la supuesta desaparición del INE, sino porque se les retiraron privilegios y canonjías y ahora asegura que los pobres son la prioridad de su gobierno.

Ahora López Obrador debería recordar su promesa del 29 de septiembre de 2020, cuando expresó:  «En mi caso, a la primera manifestación de 100 mil personas y que yo vea que en las encuestas ya no tengo apoyo, me voy a Palenque, Chiapas, ni siquiera espero la revocación de mandato. Ahí nos vemos porque tengo principios e ideales».

De tener presente ese compromiso podrá defenderse que en varias encuestas resulta tener un “amplio” respaldo popular, por lo cual se mantendrá en su cargo. En fin, lo que es innegable es su resistencia a admitir la evidente pérdida de apoyo ciudadano y eso le afectará cada vez más en lo que le resta de su administración.

 

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