De fideicomisos a fideicomisos / Maullidos Urbanos
Gato de Barrio /
Al inicio de su administración y por considerarlos fuentes de corrupción, entre otros puntos, el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió terminar con todos los fideicomisos del Poder Ejecutivo, sin importar cuál fuera su propósito, así fueran los de guarderías para niños o fondos para afrontar los desastres.
Según información difundida este jueves por el diario “El Universal”, solicitada a la Secretaría de Hacienda vía transparencia, se reporta que en el año 2020 se anularon 109 fideicomisos por aproximadamente 64 mil 524millones de pesos, fondos que aparentemente serían canalizados para adquirir vacunas anticovid, pero se utilizaron manera discrecional para respaldar las obras insignia y programas sociales prioritarios de la administración.
Los más beneficiados fueron el Tren Maya, con más de 26 mil 342 millones de pesos; el programa “Crédito a la Palabra”, con 25 mil 34 millones de pesos; y para compra de llas vacunas, apenas se usaron seis mil 35 millones de pesos y ya, en menor medida, para el pago del fideicomiso 2058 e-México, programas de vivienda social, Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec y el Tren Ligero de Guadalajara.
De acuerdo con la oposición, el gobierno federal ya ha consumido todos esos recursos y ahora busca allegarse más a través de otros fideicomisos, como son los del Poder Judicial, así como el recorte a los presupuestos para 2024 de diversos órganos como para ese mismo poder y el INE, además de rumores de que ahora busca adueñarse de los fondos privados de pensión.
En una burda maniobra de López Obrador, la mayoría morenista de la Cámara de Diputados ya aprobó la creación de tres fideicomisos; dos serían para la Secretaría de la Defensa Nacional y el otro para la Secretaría de Marina, cuyos fondos se destinarían a la operación del Tren Maya y al sistema aeroportuario, bajo la coordinación de ambas dependencias, que se constituirían con el cobro de derechos a titulares de asignaciones y concesiones por el uso de aeropuertos.
Entonces, cuando los fideicomisos no resultan convenientes para el inquilino de Palacio Nacional, los descalifica y busca apropiarse de ellos, pero cuando la idea es beneficiar a sus programas y acciones prioritarios para sus intereses, entonces se pueden crear y alentar, máxime que resultan beneficiosos para las fuerzas armadas, sector consentido en el actual sexenio.
Entonces para el uso y aprovechamiento de los fideicomisos las autoridades federales utilizan dos medidas, una para cuando ellas resultan beneficiadas a costa de otras áreas y negativas cuyas consecuencias lamentablemente repercuten en la sociedad.