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Futuro de la oposición / Alebrijes en Cuadratines

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx /

Hace un mes se desarrolló la jornada electoral donde no solo Claudia Sheinbaum, también la mayoría de los candidatos postulados para gobernadores, senadores, diputados federales y locales, así como presidentes municipales por la coalición de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde, ganaron casi todo, podría decirse casi arrolladoramente para reducir drásticamente la presencia de la oposición,

Debe puntualizarse que la victoria de Sheinbaum fue, en promedio, ligeramente más alta a la pronosticada por las diferentes encuestas. Y haya sido como haya sido, por convicción de electores, pero también por el interés de mantener los beneficios de los programas sociales, sin descartarse la presión ejercida por los “servidores de la Nación” hacia los sectores más necesitados, ya sea por las buenas o por las malas, pero logró ganar.

A pesar de todos sus triunfos, en particular siete de las nueve gubernaturas –entre ellas la jefatura de gobierno de la Ciudad de México–, donde perdió en Guanajuato ante el Partido Acción Nacional (PAN), y en Jalisco ante Movimiento Ciudadano (MC), Morena aún busca revertir la derrota en tierras tapatías, incluida la capital Guadalajara, y ha impugnado legalmente ante las correspondientes instancias electorales los resultados pero difícilmente podrá lograrlo.

Ahora, ¿qué sucede con la oposición? Podría decirse que prácticamente ha desaparecido pero no debe perder tiempo y debe empezar a prepararse para los comicios locales que tengan verificativo en los años 2025 y 2026, que sirvan de preparativo para las elecciones intermedias federales del 2027, donde se renovará la Cámara de Diputados.

De los partidos tradicionales, definitivamente el de la Revolución Democrática (PRD), ha perdido el registro federal y se mantendrá activo a nivel local en cerca de veinte entidades, desde donde pretende volver a ser un instituto de carácter nacional, pero para ello primero deben resolverse sus conflictos internos y las disputas por los liderazgos, de lo contrario pasará a ser historia como un partido que siempre se quedó a la orillita de ganar el poder total.

En el caso del PAN sin duda fue el que registró menos daños, pero al final de cuentas registró sensibles pérdidas como en Yucatán, donde a pesar de que Mauricio Vila encabezó una administración con resultados positivos, lo que permitió contar con una excelente imagen, fue insuficiente y el estado fue ganado por Morena.

Asimismo, el PAN registra una fuerte confrontación interna, por un lado para deslindar responsabilidades ante el fracaso electoral, donde se pretende responsabilizar a Marko Cortés, su actual presidente nacional y, por otro, definir quién será su sucesor tras los correspondientes procesos internos.

En el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), bajo el liderazgo nacional de Alejandro Moreno, también conocido como Alito, se encamina a su desaparición y de aquella máquina política que fuera invencible a lo largo del Siglo XX, ya nada más queda un simple recuerdo. Incluso, ante el inminente proceso para cambiar de dirigencia nacional, Alito busca reelegirse, con lo cual será prácticamente su dueño para solo cumplir intereses personales.

Por último MC, partido que dice ser la nueva alternativa política y afirma que desplazó al PRI de las preferencias ciudadanas, resulta ser solamente una franquicia manejada por Dante Delgado, su coordinador nacional, al ser él quien decide todo lo que sucede a su interior.

También, en los próximos meses se definirá quién será su líder nacional, donde Delgado pretende repetir, pero también Jorge Álvarez Máynez, el excandidato presidencial suena como otro aspirante al cargo y quien probablemente podría darle un nuevo impulso a MC.

Quizá el PAN y MC tengan un mejor futuro que el PRI, pero no debe descartarse la creación de un nuevo partido que se configure como una nueva oposición a Morena, pero es cosa de que organizaciones sociales, muchas de ellas integradas como parte de la llamada Marea Rosa, decidan integrarse para organizarse a nivel nacional, como una opción diferente, que sin ser de alguna ideología de extrema, sea aceptado por la ciudadanía.

Por el momento la excandidata Xóchitl Gálvez se mantiene activa, ya regresó a la Cámara de Senadores, donde ha presentado iniciativas para sancionar con hasta 50 años de cárcel y 288 mil pesos al presidente que interfiera en las elecciones, use recursos públicos para promocionar a algún candidato o ejercer violencia política en contra de un contendiente, lo que se clasificaría como traición a la patria. Es más, acusó a López Obrador, de intervenir durante todas las etapas del proceso electoral para favorecer a Morena y a sus candidatos’.

Posiblemente la hidalguense repita lo mismo que el actual mandatario de seguir activa y durante los próximos cinco años recorrer todo el país, ya sin el lastre de los partidos que no le apoyaron debidamente, para forjarse una nueva imagen y volverse a postular para el 2030.

En fin, el camino para la oposición política no resultará sencillo, pero es necesario iniciar ya los primeros pasos para, en esta ocasión, ganarle la delantera a Morena.

 

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