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ALEBRIJES EN CUADRATINES: EL CASO DE ÓSCAR ÁLVARO…¿CUÁNTOS INOCENTES MAS ?

Alebrijes en cuadratines

¿Cuántos inocentes más?

Adrián Chavarría Espinosa

 

El joven universitario mexiquense Óscar Álvaro Montes de Oca vivió una semana de pesadilla: al regresar de vacaciones de Argentina fue detenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, bajo el cargo de llevar en una maleta veinte kilos de cocaína, y tras ser llevado a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), de inmediato se le trasladó al penal federal de máxima seguridad en Tepic, Nayarit.

            De inmediato se inició su defensa tanto en las redes sociales a la cual se le unió, primero, la Universidad Autónoma del Estado de México –de la cual, además de ser un egresado de excelencia y con trayectoria académica intachable, es un empleado‑, y después el Gobierno del Estado de México. Sin duda todo ello operó para lograr una relativamente rápida anulación de los cargos y su liberación.

            Lamentablemente no es el primer caso registrado de una falsa acusación de narcotráfico a un viajero mexicano procedente de Sudamérica, en especial de Perú. En julio de 2013 la maestra veracruzana Ángel de María Soto Zárate fue detenida por una situación similar, cuando al regresar a México después de un intento fallido por participar en la Jornada Mundial de Juventud de Brasil, la señalaron como presunto propietaria de una maleta con diez kilos de cocaína.

            También vivió una semana infernal ya que en ese lapso también fue internada en el mismo penal federal de Nayarit. En esa ocasión también las redes sociales operaron para apoyar a la maestra, hasta que la Procuraduría General de la República retiró los cargos tras comprobarse que aquella maleta donde se encontraba la cocaína no era suya.

            Si no mal recuerdo, en el Derecho mexicano debería prevalecer la presunción de inocencia, es decir que toda persona no es culpable hasta que se le demuestre, pero en los hechos desafortunadamente esa situación no opera, ya que las personas desde que son detenidas ya son consideradas como responsables de los delitos imputados y les otorga un trato de criminales.

            La prueba de que a Óscar se le consideró ya como un delincuente es que de inmediato fue rapado, tal como sucede a quienes se les juzgó y sentenció, lo cual debería ser considerado como una violación a los derechos humanos, al igual que mantenerlo incomunicado por varias horas; posteriormente y de acuerdo a lo expresado por él, se le colocó con otros que ya son considerados como criminales, cuando se le debería de ubicar en el área de procesados, entre otras circunstancias.

Tanto en el caso de Óscar como en el la maestra veracruzana las redes sociales resultaron fundamentales para lograr su liberación en una semana, que parece ser el tiempo mínimo para comprobar su inocencia, pero el interrogante es saber ¿cuántas personas inocentes se han encontrado en la circunstancia de ser acusados falsamente?

Personas que por muy diversas circunstancias carecen del apoyo de las redes sociales, de relaciones académicas, laborales o personales que pudieran organizarse para su defensa y lograr su liberación,

Incluso ya se conoció el caso de una bailarina, Angélica López, detenida el pasado 31 de diciembre, pero a ella le imputaron intentar introducir tres kilogramos de cocaína; ante ello, nuevamente la UAEM está dispuesta a apoyarla para que recobre su libertad. Una duda, insisto, ¿cuántos casos más existen?

Creo que para los narcotraficantes, los verdaderos propietarios de la droga decomisada, no les ha de resultar agradable perder esos kilos de cocaína, pero el sistema de operar les ha de resultar redituable porque entre la maestra y el universitario pasaron dos años y en ese lapso perdieron treinta kilos, ¿cuántos más sí lograron pasar?, y también ¿cuántas personas fueron detenidas bajo esas circunstancias pero siendo inocentes?

Con las experiencias registradas, por lo menos debería establecerse un protocolo para investigar con más calma y responsabilidad estas situaciones e, insisto, prevalecer la presunción de inocencia, sin esperar a que las redes sociales o los medios de comunicación actúen en defensa de las personas acusadas injustificadamente y para aquellos que carecen de este respaldo no sean encarceladas innecesariamente.

Son dos casos donde se logró la libertad de inocentes pero, insisto ¿cuántos inocentes permanecen presos? Creo que las autoridades deberían de revisar todos los casos similares, para verificar que los internos en verdad sean narcotraficantes y no personas a quienes por circunstancias ajenas se les imputaron cargos.

En fin, existen circunstancias que deben analizarse a fondo, con calma, no por querer incrementar el número de detenidos, las estadísticas se inflen con personas inocentes, donde el acusado podría ser cualquier viajero que tiene la mala suerte de estar en el vuelo y el aeropuerto equivocado, podría ser un amigo, un familiar o usted mismo.

 

Para comentarios está a su disposición el correo ache57@yahoo.com.mx

 

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