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Alebrijes en cuadratines: "Dejar de fumar es fácil"

 

Adrián Chavarría Espinosa

 

El tabaco, materia fundamental de los cigarros es de origen americano. Es decir, ya se conocía y consumía en nuestro continente y correspondió el honor a Cristóbal Colón de llevarlo al viejo mundo y así promover su uso hasta nuestros días, donde su mayor consumo es a través del cigarro.

Ya Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias describía al cigarro como “ciertas hojas secas envueltas en otras hojas, también secas, parecidas a los petardos… se encienden por un extremo y se chupan por el otro… para introducir en los pulmones ese humo con el que adormecen el cuerpo y así se embriagan”.

Fue el inglés sir Walter Raleigh, marino, pirata, corsario, escritor y político inglés, a quien se le atribuye la popularización del tabaco en Europa –algunos aún deben recordar esa desaparecida marca de cigarros, de envoltura café claro y con su imagen al frente‑, pero antes tuvo que sufrir una serie de adversidades para ser aceptado su consumo de manera general.

Por ejemplo, el tabaco fue condenado por Jacobo I de Inglaterra, al calificarlo de “repulsivo para el olfato, desagradable para la vista, peligroso para el cerebro y nocivo para los pulmones”.

Sin embargo, para bien o para mal el consumo del tabaco, mediante el cigarro, se generalizó al grado de que para muchos de sus detractores lo consideran una droga de consumo legal; en cambio, para sus también muchos de quienes lo consumen lo consideran no un vicio, sino simplemente un hábito.

Además, para las autoridades de salud el cigarro ha sido un objeto de constante descalificación y ha sido objeto de limitaciones tanto en su publicidad, la cual ya es prácticamente inexistente, como en su presentación, donde se han incluido terribles imágenes de las consecuencias de su consumo a fin de desalentarlo.

No debe omitirse que en México el cigarro ha sido objeto de un incremento progresivo del impuesto específico a los productos de tabaco (el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios o IEPS), especialmente durante la última década, donde el incremento más importante se implementó en enero de 2011, al grado de que actualmente ese producto paga un IEPS de 160% sobre el precio de venta al detallista, además de su correspondiente Impuesto al Valor Agregado.

A pesar de todo ello, se mantiene constante el consumo del cigarro y quienes son los habituales fumadores buscan cualquier alternativa para mantener su vicio o su hábito, según se vea.

Los aumentos de precios no han sido freno ya que por ejemplo, una alternativa es dejar de consumir marcas de lujo por otras más comunes o bien reducir el número de cigarros al día, pero también existen otros recursos.

Uno de ellos es adquirir cigarros de contrabando ya que aparentemente resultan ser más baratos, pero ¡cuidado!, puede resultar contraproducente ya que de acuerdo a un análisis de 52 marcas ilegales, se detectaron además del tabaco otros productos como madera, plástico, pasto, algodón, metales, cabello, uñas humanas y hasta heces fecales de larvas.

Además, las cajetillas de esos cigarros carecen de información u orientación relevante para su consumo, lo cual si ya es considerado nocivo su consumo, con todos estos ingredientes extras resultan ser más perjudiciales. Entre las marcas con mayores irregularidades se encuentran las canadienses Couture y Axle y las hindús Top 20 y Gold City.

Ya desde meses antes la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) había lanzado la advertencia de que “los cigarros ilegales constituyen un riesgo a la salud de la población, ya que puede tratarse de producto falsificado, adulterado incluso elaborados con ingredientes desconocidos. Esto incrementa la posibilidad de contener compuestos químicos potencialmente tóxicos y distintos a la planta del tabaco, por lo que no se puede establecer el comportamiento de dichas sustancias en el organismo”.

Así que la recomendación sería adquirir cigarros nacionales o importados legalmente, de lo contrario además de los problemas normales que genera el tabaco, si consume cigarros de contrabando los riesgos de sufrir otras y diferentes consecuencias en la salud se incrementan.

O, simplemente, supere su vicio o hábito, no es fácil pero de seguro tendrá mejores condiciones de salud y un ahorro en su economía personal. Vale recordar al escritor Mark Twain, quien afirmaba: “dejar de fumar resulta fácil, yo lo he hecho más de veinte veces”.

 

Para comentarios ache57@yahoo.com.mx

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