ALEBRIJES EN CUADRATINES: COMUNICACIONES Y TRAGEDIAS

Alebrijes en cuadratines

Comunicaciones y tragedias

Adrián Chavarría Espinosa

 

Al cumplirse treinta años del terremoto que afectó principalmente al Valle de México y, además, obligó a cambiar los reglamentos de construcción y, en especial, el despertar de la solidaridad social, donde la ciudadanía se organizó para atender los huecos que no cubrían adecuadamente las autoridades, se registró otro sismo de características muy semejantes pero en Chile.

            Afortunadamente en esa nación sudamericana se reportan apenas once pérdidas humanas, mínimas en comparación a hace tres décadas, donde a pesar de no existir una cifra oficial los cálculos son de más de diez mil muertos; eso sí, en Chile se habla de 610 mil damnificados y de un millón de personas desplazadas; sobre los daños materiales, todavía no se cuantifican pero esos tarde o temprano logran reponerse.

            Además, a raíz de lo sucedido en 1985 se impulsó la cultura de la protección civil, con el propósito de desarrollar políticas preventivas para las diferentes actividades sociales, a fin de anticiparse a posibles siniestros.

            En los hechos registrados en la ciudad de México muchos medios masivos de comunicación se colapsaron, como Televisa y las estaciones de Radio Fórmula, además de que gran cantidad de líneas telefónicas quedaron inservibles, razón por lo cual resultó difícil a muchas personas contactarse con familiares y amistades.

            Una opción útil fue llamar a las estaciones de radio que permanecían al aire para que los locutores o conductores anunciaran que tales familias se encontraban bien y, cuando habían perdido sus viviendas, reportaban dónde se encontraban, si con algún conocido o en algún albergue o, en el peor de los casos, informar de fallecimientos.

            Afortunadamente poco a poco se regularizaron los servicios de comunicación pero, reitero, esos primeros días el Valle de México se vivieron momentos de caos y de incertidumbre entre sus habitantes los cuales se sumaron a las crisis personales y la angustia de cuál sería su futuro.

            Ahora, en el terremoto registrado en Chile, las redes sociales mantuvieron una gran importancia en cuestiones las comunicaciones de los afectados, ya que a través de tweeter, Facebook e Instagram, principalmente, se registró una mayor y más rápida comunicación entre los afectados y sus familiares y amistades, no solo en esa misma nación sino con sus conocidos de otras partes del mundo, con lo cual en ese aspecto hubo mayor tranquilidad por conocer sus condiciones particulares.

            Entonces si periódicamente se realizan simulacros para preparar a la gente a cómo debe reaccionar ante los temblores, en especial durante septiembre, se trabaja para tener a punto la alarma sísmica para el centro del país, además de difundirse recomendaciones de mantener documentos bajo resguardo y a la mano, entre otras acciones, también debería de preverse el uso del internet.

            Si bien ha crecido el uso de este servicio, no debe omitirse que en muchos casos depende de su transmisión a través de líneas telefónicas o de televisión por cable, pero en los siniestros se pierden este tipo de comunicaciones, ya que los postes o líneas conductoras se caen o se dañan, con lo cual se pierde la señal.

            Lo recomendable es tener preparados equipos para ofrecer el servicio inalámbrico, mejor conocido técnicamente como wifi, a fin de instalarlos en puntos estratégicos de las zonas que resulten afectadas y tener una comunicación constante.

            Incluso, esto podría servir para ubicar a personas que queden atrapadas o sin posibilidades de salir de derrumbes o sitios afectados, ya que a través de los teléfonos inteligentes podrían contactarse con el exterior a fin de acelerar las labores de búsqueda y rescate.

            Considero que ese tipo de servicio podría tenerse previsto, ya que actualmente se ofrece internet inalámbrico en sitios y jardines públicos o en sitios de alta concurrencia, entonces no creo existan muchas dificultades para tener prevista esta alternativa que, en caso de requerirse, podría ser de gran ayuda para lograr alguna tranquilidad entre las personas para conocer sus condiciones particulares.

            Los temblores son fenómenos que por el momento no se pueden anticipar ni pronosticar, pero que deben de tenerse en cuenta que pueden registrarse en cualquier momento; por ello, toda medida preventiva debe ser considerada a fin de atender las urgencias que se presenten. Ante todo lo anterior, deben aprovecharse todos los recursos tecnológicos posibles para ayudar a superar las crisis y, en este caso, aprovechar debidamente el internet.

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