Columna

Alebrijes en Cuadratines: CRISIS EN EL PAN

Adrián Chavarría Espinosa

ache57@yahoo.com.mx

En estos momentos se registra una crisis al interior del Partido Acción Nacional (PAN), la cual ha sido una responsabilidad directa de Ricardo Anaya, su actual líder nacional quien mediante ese cargo se ha promovido para alcanzar la próxima candidatura presidencial, situación inédita en ese instituto político.

Aunque se han registrado otras crisis anteriormente, la más difícil fue la de 1976, cuando no lograron ponerse de acuerdo para proponer a un candidato a la presidencia de la república; de esta forma el único aspirante oficial fue el abanderado priista José López Portillo. (En ese entonces el Partido Comunista Mexicano postuló al líder ferrocarrilero Valentín Campa, quien logró cerca de un millón de votos, los cuales no fueron válidos ya que esa agrupación se consideraba clandestina e ilegal por carecer de registro oficial.)

Si bien desde sus inicios al PAN se le ha considerado como el partido político de oposición natural en el panorama político mexicano, incluso cuando fue gobierno durante dos sexenios federales, donde no logró asumir su responsabilidad como máxima autoridad.

También debe precisarse que a mediados de la década de los años 80 el PAN también sufrió una transformación cuando se unieron empresarios, principalmente del norte del país, para toma una actitud opositora más agresiva y al aprovecharse la reforma política que permitió abrir espacios a más fuerzas políticas, empezó a cosechar triunfos electorales cuyos máximos alcances fue llegar a la presidencia de la república en el año 2000 con Vicente Fox.

Pero no logró consolidarse totalmente, incluso quienes fueron presidentes de la república no lograron que sus políticos favoritos fueran postulados como candidatos, pero a pesar de ello, se mantuvo la unidad, al menos aparentemente, para respaldar a quienes resultaron abanderados.

Más después de la derrota de Josefina Vázquez Mota en el año 2012, empezaron a registrarse movimientos futuristas de carácter personal por parte de los dirigentes nacionales, primero con Gustavo Madero, quien cuando fue líder nacional panista pretendió manipular a Ricardo Anaya para posicionarse como candidato presidencial.

Sin embargo el político queretano resultó con más colmillo al desarrollar sus jugadas con más inteligencia para, primero, desplazar al dirigente chihuahuense y después quedarse al frente del partido desde donde empezó a organizar un tejido de intereses para ubicarse como candidato a la presidencia.

Pero esta propuesta no ha sido bien recibida al interior del PAN, ya que existen también otros aspirantes, donde destacan en primer lugar Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón, y Rafael Moreno Valle, exgobernador de Puebla y, con menor presencia Miguel Márquez Márquez, gobernador de Guanajuato; el exgobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel; el senador Juan Carlos Romero Hicks, y Miguel Ángel Yunes Linares, actual gobernador de Veracruz.

El problema es que Zavala mantiene una gran simpatía al interior del organismo blanquiazul y en caso de no ser postulada, se podría lanzar como independiente, lo cual le restaría una gran cantidad de sufragios para quien sea el abanderado panista.

Pero Anaya, quien ha mantenido en secreto varios aspectos de su vida personal pero que inciden en sus actividades políticas, tras hacerse públicas ‑como el haber mantenido a su familia en Estados Unidos, así como una serie de negocios desarrollados cuando fue secretario particular del gobernador de Querétaro‑, ha respondido al manifestar que esas revelaciones son un ataque personal que buscan desprestigiarlo pero sin aclarar totalmente las imputaciones.

Si a ello se suma que en el Senado varios legisladores no han aceptado sus directrices, como el hecho de que no haya sido designado presidente de la mesa directiva a quien él propuso y en cambio se eligiera a Ernesto Cordero, quien no es un afín a sus intereses.

Además, para protestar e inconformarse con la propuesta de que Raúl Cervantes, actual procurador general de la república sea confirmado como el primer fiscal general, maniobró para que no se integrara la mesa directiva en la Cámara de Diputados, lo cual también incidió en que el acto de la entrega del Quinto Informe Presidencial resultara una ceremonia deslucida y de simple trámite.

En fin, la crisis al interior del PAN se ha ampliado al congreso federal pero si Anaya no actúa de forma inteligente y mantiene sus intereses personales por encima de los del partido, entonces no se avizora un futuro positivo para las elecciones del próximo año, no sólo para la presidencial sino también para las cámaras de diputados federales y senadores, gobernadores, congresos locales y ayuntamientos.

De suceder ese panorama, sin duda el PAN dejará de ser la segunda fuerza política por lo cual esa posición podría ser para el PRD o para Morena, es decir para quien logre fortalecerse en los próximos meses.

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