Maullidos Urbanos / Violencia electoral, presente
Gato de Barrio
El actual proceso electoral será histórico no solamente por ser el más grande por el número de cargos electorales en disputa, tampoco por ser el más impugnado y criticado por un presidente que se comprometió a no meter las manos pero se ha involucrado personalmente, incluso lo ha admitid, sino por ser el que ha registrado el más alto nivel de violencia electoral.
Según información de la consultora Etellkt, cuando falta una semana para el cierre de las campañas electorales, a escasos diez días de la jornada electoral, lamentablemente se han registrado el asesinato de 88 políticos, de ellos 34 eran aspirantes a cargos de elección popular. Incluso, de estos políticos muertos, el 44% de las víctimas pertenecían a los partidos de la alianza “Va Por México”, integrada por PAN, PRI, PRD, mientras 28% militaba en los partidos de la alianza Morena, PVEM y PT.
Los casos más recientes han sido el asesinato de Alma Rosa Barragán, candidata a la alcaldía de Moroleón, Guanajuato, y el de Abel Murrieta Gutiérrez, aspirante a la presidencia municipal de Cajeme, Sonora, en ambos casos postulados por Movimiento Ciudadano, siendo agredidos cuando desarrollaban actos proselitistas.
Incluso este miércoles José Alberto Alonso, candidato de Fuerza por México al Ayuntamiento de Acapulco, fue tiroteado al salir de su casa junto con su escolta, Aunque ambos resultaron ilesos, fueron atendidos en un hospital privado por crisis nerviosa.
Podría integrarse una lista con todos quienes han sido objeto desde amenazas hasta ataques con el propósito de que abandonen sus aspiraciones electorales, pero en este caso se debe ir más allá y buscar a los responsables de esta violencia, donde todo indica que se trata de diferentes grupos del crimen organizado.
Se supone que buscan eliminar a los políticos que les resultan incómodos para sus intereses particulares y que sean electos aquellos que, ya sean están en contubernio con ellos, o sean considerados como manipulables o cómplices para realizar sus ilícitas actividades.
Por parte de los tres niveles de gobierno, deben implementar estrategias coordinadas para combatir al crimen organizado, no solamente durante el periodo electoral, sino de manera permanente para terminar con todos los grupos que recurren a la violencia y la intimidación.
Para los ciudadanos nuestra arma será el sufragio, por lo que 6 de junio debemos acudir a votar, verificando que lo hacemos en favor de quien sea el mejor candidato, que responda a las demandas sociales y no sea manipulable por otros políticos o por grupos criminales.