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Alebrijes en Cuadratines / Formar un nuevo partido

 

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx /

Si bien Xóchitl Gálvez era una buena candidata de oposición –difícilmente se hubiera encontrado otro político más competitivo–, hay varias razones para comprender su derrota ante Claudia Sheinbaum, donde se debe entender que a pesar del respaldo ciudadano expresado en su favor, existió un gran lastre que le restó votos: los partidos políticos tradicionales.

Por supuesto se trata de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), quienes la postularon en alianza pero también son los mismos que tuvieron la oportunidad de gobernar, pero con resultados insatisfactorios para la ciudadanía, razón por lo cual todos ellos mantienen una pésima imagen pública.

Un ejemplo, sucedido precisamente en las últimas elecciones, es que los tres líderes nacionales de esos partidos se colocaron en las listas plurinominales para asegurarse un sitio ya fuera en la Cámara de Diputados o de Senadores, para así mantenerse vigentes en el panorama político aún sin merecerlo.

Y es que, de acuerdo con los resultados tanto anticipados como oficiales, esos partidos fueron rechazados en las urnas para favorecer a Morena, incluso existe el riesgo de que el PRD pierda su registro a nivel federal por no alcanzar el 3% de votos mínimo en los procesos para elegir presidente, diputados federales y senadores, aunque Jesús Zambrano, actual líder nacional, se ha comprometido a trabajar para mantenerse vigente.

En el caso del PAN Marko Cortés, dirigente nacional, ha sido impugnado por sus bases las cuales, ante lo que califican como “malos resultados”, también ya reclaman un cambio de autoridades, pero el caso más lamentable sucede con el PRI, otrora aplanadora partidista, pero bajo la dirigencia de Alejandro “Alito” Moreno, ha registrado una estrepitosa caída.

Sin embargo, eso no le preocupa, ya que mantiene más interés en depurar al PRI de quienes considera como “traidores y desleales”, tanto para promover su renuncia voluntaria, o expulsarlos, como sucedió recientemente con los mexiquenses Alejandra del Moral y Alfredo del Mazo y, tras amarrar en la próxima legislatura federal, su preocupación será “organizar” el cambio liderazgo nacional para colocar a un seguidor suyo y mantener el poder detrás del telón,

La propuesta sería formar un nuevo partido, para dejar atrás no solo la pésima imagen que tienen los actuales, también de aquellos políticos dedicados a medrar en su beneficio personal en lugar de trabajar por la ciudadanía y el beneficio social.

¿Quiénes podrían conformar este nuevo instituto? Podrían ser los priistas inconformes con “Alito”, además de quienes aún permanecen en al PRI, como los expulsados y militantes de otros partidos, también inconformes con sus actuales direcciones, quienes también puedan ofrecer y aportar conocimientos y trabajo para integrar un mejor partido.

En el caso de los priistas, considero tienen la capacidad y experiencia para iniciar una nueva organización, para dejar atrás antiguas malas organizaciones y costumbres, prácticas que lamentablemente ha retomado Morena.

¿Qué corriente debería ocupar? Podría ser de centro, donde se ubicaba al PRI –aunque en su interior existieron personajes con ideologías extremas, más hacia la izquierda, pero no solo han sido aceptados, también han destacado–, a fin de mantener ese sitio en el espectro político, donde la derecha correspondería al PAN, la izquierda sería para Morena –aunque con sus acciones y medidas parezca más de derecha–, así como a los partidos del Trabajo y Movimiento Ciudadano, mientras al partido Verde se ubicaría como de centro izquierda. Sin embargo, esta es una apreciación personal, la cual por supuesto puede ser objetada.

Definitivamente, si el PRD mantiene su registro, difícilmente subsistirá ya que tal como sucede actualmente con Morena, el partido fue siempre encabezado por Andrés Manuel López Obrador quien como un caudillo agrupó en su entorno a seguidores y militantes. Respecto al PAN, actualmente y pese a sus conflictos internos, es la oposición mejor organizada.

Acerca del PT y PV, mientras sigan usufructuando parte de los triunfos de Morena, seguirán coaligados y manteniéndose como rémoras. Respecto a Movimiento Ciudadano, continuará como una franquicia particular de Dante Delgado Rannauro, ejemplo que busca repetir “Alito” con el PRI.

De prosperar la idea de un nuevo partido, sin fallas y vicios de los anteriores, sería muy probable ganar el respaldo de amplios sectores sociales, en especial de quienes participaron en movimientos como la Marea Rosa, por representar una nueva opción política.

Considero que al concluir el actual proceso electoral, podría arrancar la organización de un verdadero nuevo partido, de lo contrario seguiremos padeciendo los caprichos y ocurrencias de Morena y sus dirigentes.

 

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