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EN VOZ ALTA/ EPN: DEBILIDAD INSTITUCIONAL

En voz alta
EPN: «debilidad institucional»
Por: Gerardo Viloria
El suceso criminal que consterna a nuestro país: el asesinato de tres estudiantes –por policías del municipio de Iguala, Guerrero- el 26 de septiembre y más tarde la desaparición forzada de 43 normalistas, después de 18 días sigue sin resolverse.
Este hecho cruel que acongoja a familiares y preocupa a México, fue calificado por el presidente ENRIQUE PEÑA NIETO, como un “acto inhumano, de barbarie”.
Entorno a estos doloridos eventos, el pasado día 8, el titular del Ejecutivo Federal, afirmó que hay espacios del territorio nacional en los que se advierten “signos de debilidad institucional”.
Lastimosas y preocupantes, resultan estas declaraciones. Analicémoslas en dos vertientes. Veamos:
Primera. En política como en la física, no existen vacíos. Y como señala debidamente, el brillante académico y estimado amigo, JOSÉ ELÍAS ROMERO APIS en su libro Hacia una teoría pura del poder:“Sea de manera formal o informal, sea pública o clandestinamente, pero siempre alguien manda”.
Bajo este principio, se puede afirmar que si los gobiernos estatales, ya no digamos los municipales, han sido rebasados por el poder corruptor de los grupos delincuenciales, quienes realmente deciden son ellos.
Una premisa más que refiere ROMERO APIS, es el Principio de ubicuidad. Éste establece que, “en política, no existe la tierra de nadie. Siempre alguien ocupa la que está vacante y con ello se adueña de ella”. Es decir, “la tierra que no es ocupada por el orden establecido la ocupan otros pero no queda vacante”.
Cualquiera de estas dos situaciones es muy delicada. El hecho que el país no cuente con instituciones sólidas y en donde el Estado no está vigente, conlleva a la ingobernabilidad.
Segunda. A partir que el PRI perdió la Presidencia de la Republica en 2000, con la llegada de VICENTE FOX, lo que cambió fue la relación política entre el Ejecutivo federal y los gobiernos estatales.
Los gobernadores pertenecientes a partidos distintos al del Presidente de la República, empezaron a tener un trato especial, fortaleciéndose en sus entidades.  
Se habían desecho del yugo que les había impuesto la Presidencia y, comenzaron a acudir a San Lázaro para negociar su presupuesto.
En este contexto, los gobernadores acumularon poder político y económico, pero su desempeño rara vez incidió en favor de la prosperidad de los habitantes de sus entidades, ni de la transparencia.
Bajo este esquema, el actual modelo que se forjó en los años de la alternancia está haciendo explosión.
Tal es el caso de Guerrero, donde una década de gobiernos perredistas ha sido insuficiente para llevar desarrollo al estado. Un ejemplo notorio es el actual, mismo que fue incapaz de evitar una masacre como la de Iguala e investigarla con prontitud.
Las anteriores circunstancias conducen a que tema de la seguridad no esté bien llevado en algunas regiones del país. Sin embargo, el primer paso para resolver un problema es admitirlo, enfrentarlo, y el Presidente PEÑA NIETO tuvo –como hombre de Estado- el valor de reconocerlo.
Lo que se requiere para poder avanzar como país, es que nuestros gobernantes nos hablen con la verdad, por más que la misma sea dolorosa.
Por tanto, el dictamen que realiza el Presidente es adecuado y coincide con lo que muchos hemos advertido: enfrentamos corruptelas, deshonestidad, impunidad, anarquía en nuestros cuerpos de seguridad, falta de manejo de crisis, manipulación de la información, incertidumbre, déficit de Estado de Derecho.
Todos estos componentes, mezclados, conllevan a que la efervescencia por la tragedia en Iguala continúe creciendo.
En Guerrero los estudiantes se han manifestado violentamente: carreteras tomadas, edificios públicos quemados, sedes de los poderes estatales atacadas, automóviles vandalizados.
El problema rebasa la geografía guerrerense. En varias entidades federativas, así como en la propia Ciudad de México se detona la indignación: marchas, paros, mítines, etcétera; mientras tanto, en Iguala, continúan apareciendo fosas con cuerpos que, según la PGR no corresponde a los estudiantes desaparecidos,
Y como si no se tuviera ya suficiente complicación con esos hechos de represión y muerte que devalúan la imagen de México en el mundo, el domingo pasado, policías de Guerrero atacaron a un grupo de alumnos del Tecnológico de Monterrey, hiriendo a un alumno de origen alemán.
La crisis es tal hoy, que ni siquiera es suficiente la desaparición de poderes en Guerrero y/o la renuncia de AGUIRRE.
Finalmente, una reflexión. Los hechos ocurridos -sucesivamente en corto tiempo- en Tlatlaya, Ayotzinapa e Instituto Politécnico Nacional (IPN), de los que no se entienden ni las causas ni los fines, han cobrado dimensiones excesivas e inquietantes. ¿Qué intereses y quiénes están detrás de esto?

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