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Violencia invisible para AMLO / Alebrijes en Cuadratines

 

Adrián Chavarría Espinosa /

ache57@yahoo.com.mx /

Entre las fallas sucedidas en la administración de Andrés Manuel López Obrador el tema de la seguridad pública ha sido una de las más sensibles y preocupantes para la sociedad, pero donde el presidente se ha mantenido firme tanto en su política de “abrazos, no balazos”, como en que su forma de resolver el problema es «atacando sus orígenes», aunque el saldo final no ha resultado positivo, porque en realidad no ataca nada.

Tan solo el lunes, en la conferencia mañanera al ser interrogado sobre la alerta de viaje emitida por el Reino Unido para no visitar Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas, Tamaulipas, Colima, Guerrero, Michoacán, Guanajuato, Jalisco y Baja California, López Obrador aseguró, con total firmeza, que “no hay nada que temer en México, estamos bajando la incidencia delictiva y son muy pocos los sitios donde hay violencia, muy pocos. México es un país bello y seguro”,

Incluso, el pasado jueves, interrogado acerca del secuestro de 16 trabajadores administrativos de la Secretaría de Seguridad de Chiapas, a pesar del dolor y la molestia de los familiares quienes demandaban ser liberados, se le ocurrió “bromear” al demandar a los plagiarios que los soltaran porque, de otra manera los acusaría con “sus papás y sus abuelitos”.

No conforme con eso, en su “quinto informe con motivo de los cinco años de su triunfo electoral”, evento realizado el sábado en el Zócalo de la Ciudad de México, López Obrador expresó afirmó que pese a los recientes hechos violentos en distintos estados de la República se ha avanzado en el combate de la violencia en el país: “Hay justicia y tranquilidad social y se avanza hacia la erradicación de la violencia. Lo vamos a lograr entre todos, me canso ganso”.

Sin embargo, la terca realidad demuestra otra situación mucho muy diferente y tan solo, en la última semana se pueden enumerar los siguientes hechos nada tranquilizantes.

Como ya se mencionó el secuestro de 16 trabajadores administrativos en el municipio de Ocozocoautla, en la carretera rumbo a Tuxtla Gutiérrez, por parte de miembros de un grupo armado, se suma a los violentos enfrentamientos entre integrantes de los cárteles de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, quienes se disputan a Chiapas como territorio en su poder. Finalmente el viernes fueron liberados en condiciones no muy claras.

En Guanajuato. estado con más homicidios del país, la noche del miércoles en la comunidad El Sauz de Villaseñor, municipio de Celaya, explotó un autobomba que dejó lesiones a diez elementos de la Guardia Nacional cuando se acercaron a un auto con reporte de supuestos cadáveres para revisarlo.

Esa entidad ocupa el primer lugar en homicidios dolosos con el 10% de los 12 mil 582 ocurridos a nivel nacional, entre enero y mayo de 2023.

La tarde de ese mismo miércoles en el camino de Piedra Agujerada y el Relleno Sanitario Municipal, en la comunidad de Guachochi, Chihuahua, hubo un enfrentamiento entre presuntos miembros del crimen, con un saldo de ocho muertos donde tres cuerpos fueron calcinados y dos vehículos fueron incendiados.

También el miércoles Jesús González Ríos, dirigente del Partido Verde Ecologista de México en Copala, Guerrero fue secuestrado cuando transitaba en su vehículo en la cabecera municipal y su cadáver fue encontrado al día siguiente.

Anteriormente el líder partidista había difundido en redes sociales un mensaje para denunciar amenazas en su contra: “Desde el 1 de mayo un grupo armado me está amenazando de muerte y me piden que me haga un lado y que no participe en la política para que la presidenta municipal de Copala, Guadalupe García Villalba, pueda poner a sus allegados».

El jueves fue asesinado el líder exautodefensa Hipólito Mora en la comunidad de La Ruana junto con sus tres escoltas, tras ser perseguido por dos vehículos cuyos tripulantes iban armados con fusiles Barret 50 milímetros, los cuales fueron capaces de superar tanto el chaleco antibalas que portaba como el blindaje de la camioneta donde viajaba.

Además, el recién concluido junio fue el mes con más asesinatos en promedio por día con un total de dos mil 303 homicidios dolosos, de acuerdo con las cifras oficiales de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Es decir, representan un promedio diario de 76.7 homicidios, cifra mayor a la de mayo que fue de 75.8 diarios.

De esta forma junio es el segundo mes más violento en el año, donde mayo ocupa el primer lugar con dos mil 660 homicidios dolosos, aunque si bien es una reducción de 5.87% ante el mismo mes de 2022, los casos acontecidos en mayo representan un incremento mensual de 9.24% frente a los dos mil 435 de homicidios en abril. Durante este año se han registrado 14 mil 885 homicidios, un promedio de 82.2 diarios, un aumento ante los 13 mil 187 del primer semestre del año pasado.

Finalmente, en su mañanera del viernes cuando López Obrador admitió que su sexenio ha sido donde se han registrado más muertos, pero intentó justificarse y exculparse al recurrir a su vieja excusa de que «la violencia es una herencia de los anteriores gobiernos al expresar: “pues sí. Sí, por esto. Lo agarramos aquí. No fuésemos el sexenio con más muertos si esto lo hubiésemos bajado, pero imagínense. Años de corrupción, de impunidad.”

Acudiendo a sus “otros datos”, segúin él se han reducido en 13.4% los homicidios dolosos con relación al máximo histórico registrado en julio de 2018 y del 17% en contraste con el inicio de su administración, en diciembre de ese mismo año y ratificó su crítica al asegurar que aún “hay quienes quieren que regresemos a masacrar a seres humanos y no lo vamos a hacer”.

Además, no debe omitirse que existen otros puntos como son el alto número de desaparecidos, el no reconocido incremento del narcotráfico, la expansión del crimen organizado en otras actividades como la extorsión, el chantaje, cobro de piso, tráfico de personas en especial de indocumentados, por citar los hechos más conocidos, además de su involucramiento en la llamada narcopolítica.

La realidad es que al presidente le restan ya poco más de un año de su administración y se ve difícil que en ese lapso se puedan revertir tanto las cifras de la violencia a nivel nacional como las actividades del crimen organizado, máxime si continúa echando la culpa a los gobiernos anteriores y, entonces, lamentablemente su gobierno quedará marcado como el más sangriento en la historia nacional.

 

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